Por: Isabel Villagar, profesora de canto
Celebramos haber asistido a un espectáculo bello y emotivo, "El corazón de la Navidad" pleno de arte, emoción y solidaridad en Castellón
Organizado por RODOLANT Acrobacias en colaboración con la Banda de la Universidad Jaume I, este evento artístico tuvo lugar en las instalaciones de RODOLANT (Carrer Vázquez Mella, 45, Castelló) ayer 13 de diciembre de 2025, con dos funciones que lograron completar el aforo en ambas sesiones.
Rodolant es una escuela de acrobacias que se caracteriza por ofrecer una formación artística y humana de gran calidad con más de cuatrocientos alumnos y alumnas y unas instalaciones fabulosas donde dan cabida también a talleres, cursillos, etc... El alma de esta escuela son Rodrigo Bonilla y Juan Diego Fernández.
La banda de la UJI, una agrupación dirigida por Miguel Joaquín Selva, interpretó con solvencia en directo un repertorio seleccionado y arreglado expresamente para la obra en el que se incluyó un estreno mundial de Ferrer Ferrán.
Lo primero que llama la atención de este montaje y experiencia de aprendizaje-servicio es su capacidad para fundir distintas disciplinas escénicas en una experiencia única: narración, música en directo, acrobacias que desafían la gravedad, y una narrativa visual que acompaña al espectador a través de un recorrido emocional perfecto para inaugurar la Navidad. Se trata de una propuesta artística que no solo entretiene, sino que toca el corazón de todos los asistentes, desde los más pequeños hasta los adultos, despertando sonrisas, aplausos y más de un momento de emoción compartida.
Pero más allá de su valor artístico, “El corazón de la Navidad” es, sobre todo, una iniciativa profundamente solidaria. Todas las entradas, con un donativo simbólico destinado íntegramente a la Asociación Marta y María CLN6, se agotaron con rapidez, lo que llevó a la organización a habilitar una “Fila 0” para que quienes no pudieron asistir también pudieran contribuir con la causa.
Esta asociación trabaja incansablemente para dar visibilidad a la enfermedad neurodegenerativa CLN6, apoyar su investigación y ofrecer recursos a las familias afectadas por esta patología minoritaria. La implicación de la comunidad artística y del público en general no solo ha recaudado fondos, sino que ha ayudado a poner en el centro del debate social una causa que merece atención y solidaridad. Esta es una enfermedad rara, incluida dentro del grupo de patologías conocidas conocidas como enfermedades de Batten.
LaCLN6 es una enfermedad genética, hereditaria y poco frecuente, que afecta principalmente a la infancia. Está provocada por una alteración en el gen CLN6, responsable del correcto funcionamiento de determinadas células del sistema nervioso. Cuando este gen no funciona adecuadamente, se produce una acumulación anormal de sustancias en las neuronas, lo que con el tiempo provoca un deterioro progresivo del sistema nervioso central.
Los primeros síntomas suelen aparecer en edades tempranas y pueden incluir dificultades en el desarrollo, problemas motores, pérdida progresiva de habilidades adquiridas, crisis epilépticas, alteraciones visuales y un deterioro cognitivo que avanza con el tiempo. Se trata de una enfermedad en que los síntomas empeoran progresivamente y afectan de forma profunda a la calidad de vida tanto de quienes la padecen como de sus familias.
A día de hoy, la CLN6 no tiene cura, y los tratamientos disponibles se centran en aliviar los síntomas y mejorar, en la medida de lo posible, el bienestar de los pacientes. Por ello, la investigación científica es fundamental para avanzar en el conocimiento de la enfermedad, buscar terapias eficaces y abrir una puerta a la esperanza para las familias afectadas.
En este contexto cobra un valor inmenso la labor de asociaciones como Marta y María CLN6, que trabajan incansablemente para dar visibilidad a esta enfermedad rara, impulsar la investigación y acompañar a las familias en un camino que a menudo se vive en silencio y con escasos recursos. Su trabajo no solo ayuda a recaudar fondos, sino que crea comunidad, apoyo emocional y conciencia social.
Que un espectáculo artístico como “El corazón de la Navidad” haya decidido vincular su mensaje festivo y emocional a esta causa es profundamente significativo. Implica recordar que la Navidad no es solo celebración, sino también empatía, compromiso y solidaridad. El arte, en este caso, se convierte en altavoz de una realidad invisible para muchos y en un gesto de apoyo concreto para quienes luchan cada día contra una enfermedad poco conocida.
La participación de talentosas cantantes como lo son Sara Beltrán, Sara Carrasco, Malvina Halunka y Laura Villar —a quienes el público aplaudió con calidez y entusiasmo durante toda la función— aportó una dimensión vocal extraordinaria a la escena, haciendo de la música un elemento emocional increíble que amplificó cada emoción y cada mensaje del espectáculo. Sus voces, integradas en un elenco vibrante y cuidadosamente seleccionado, contribuyeron a hacer de esta velada un momento inolvidable para todos.
El ambiente durante las dos funciones fue absolutamente participativo y emotivo. Desde los primeros compases hasta el final, la audiencia se dejó llevar, participó con aplausos, sonrisas y hasta lágrimas de emoción, celebrando no solo la llegada de las fiestas navideñas, sino también el encuentro humano que este tipo de eventos propicia. Fue un espacio donde el arte se convirtió en vehículo de comunidad y apoyo mutuo.
La respuesta del público, agolpándose para conseguir entrada y llenando por completo ambos pases, dice mucho sobre lo que este espectáculo representa: una propuesta cultural de calidad que conecta con los valores de la ciudad y de quienes aman el arte y la solidaridad.
En tiempos en que muchas veces el arte se fragmenta, “El corazón de la Navidad” nos recuerda que una obra puede ser a la vez entretenida, emotiva y profundamente humana. Nos invita a mirar más allá y a poner el foco en lo que realmente hace especiales estas fechas: compartir, apoyar causas justas y celebrar las conexiones humanas a través de experiencias que nos transforman.
Así, RODOLANT, con esta iniciativa, no solo ha regalado un espectáculo memorable a Castellón de la Plana, sino que ha demostrado que el arte puede latir con fuerza no solo en los escenarios sino también en el corazón de todos los que creyendo en un mundo más solidario, decidieron formar parte de esta historia navideña tan especial.
¡Un hermanamiento entre artes escénicas y música muy enriquecedor para los estudiantes de ambas disciplinas!
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