Muchos sois los que seguís este blog y quizás pensais que sólo por tener nociones sobre la respiración, la emisión, la dicción, etc. podréis cantar bien. Es necesario conocer el marco conceptual en el que nos movemos pero lamentablemente la realidad es muy diferente porque aquello que la mente comprende en poco tiempo el cuerpo tarda en asimiliarlo.
Siempre digo que la técnica vocal es un conjunto de sensaciones corporales y sonoras que se han de contrastar y fijar y, para ello se necesita un profesor. Éste debe estar dotado de un oído excelente, que sea capáz de diferenciar un sonido bueno de uno malo y de proporcionar los ejemplos adecuados a través de su propia voz. El alumno podrá así, mediante la guía y la imitación, realizar un trabajo consciente y fijar en su memoria sonora y muscular aquellos sonidos que le permitirán un uso eficiente de su voz.
La cuestión está en ser consciente del sonido que se emite, fijarlo y repetirlo, si esto sucede así los avances se manifiestan día a día. En cambio, si el sonido que se emite sin control ni supervisión y no se puede repetir de la misma manera, se memorizarán unas referecias sonoras y musculares que pueden ser adecuadas o no y en el segundo caso los problemas aparecerán y será mucho más complicado rehacer una memoria sonora y muscular. Mi consejo: acudir a un profesor desde el principio acelerará el proceso.
El profesor de canto debe respetar los tiempos de aprendizaje, las caracterísicas evolutivas del alumno, los gustos, el nivel vocal, el nivel musical, el estilo. Es una gran responsabilidad para el profesor de canto trabajar con cada una de las voces y adaptar su marco mental al del alumno. Es un trabajo que requiere mimo, amor y tiento.
Ya escribí una entrada sobre la Asociación Española de Profesores de Canto. Para aquellos que os acerqueis a este mundo os recomiendo que consulteis si el profesor está asociado debido a que la propia asociación tiene un código ético de sus profesionales.