Hace tiempo que se que en este "maravilloso mundo del canto" se dan situaciones un tanto paradójicas que tasladadas a cualquier otro ámbito no se tolerarían y serían consideradas un abuso.
Hay que reconocer que a los cantantes nos pierde una cosa: CANTAR!! y es cierto que subirse a un escenario reporta una serie de experiencias enriquecedoras que "enganchan" y que es lo que nos hace vibrar.
Esto lo saben muy bien aquellas personas que trabajan con cantantes, los músicos, los gestores, los promotores, etc. pero hay límites que los promotores no deberían rebasar y los cantantes no deberían aceptar.
Recientemente me enteré que una fundación buscaba cantantes para formar parte de un coro participativo y cantar una obra coral de envergadura en un auditorio importante. Hasta aquí todo correcto, uno tiene la oportunidad de cantar una obra difícil que le ayuda a medirse, esta en un contexto profesional o semiprofesional, conoce un teatro por dentro, conoce a otras personas que comparten inquietudes, etc. Hasta aquí todo es comprensible, lo que me sorprendió es que pedían a los participantes una inscripción de 90 euros!!! y aquí empecé a pensar que se trataba de un abuso, puesto que esas personas habían tenido que costear el traslado hasta el lugar, el alojamiento y la manutención, las entradas de los familiares que les habían acompañado, amén del tiempo y el estudio que habían dedicado a preparar por su cuenta la obra.
Esa misma semana una amiga, con toda su buena fe, me envió una convocatoria para participar en la producción de una ópera en la que exigen un nivel profesional, la contrapartida.... el privilegio de trabajar con uno de los profesores que organiza el evento. Deseché la propuesta porque no me puedo permitir trabajar gratis... desgraciadamente tengo que pagar facturas...
Creo que es hora de decir que los cantantes no somos fuente de financiación de los promotores y que este tipo de actuaciones deben ser censuradas por los propios artistas. Tenemos derecho a una retribución digna por nuestro trabajo como cualquier otro trabajador.
Creo que es hora de decir que los cantantes no somos fuente de financiación de los promotores y que este tipo de actuaciones deben ser censuradas por los propios artistas. Tenemos derecho a una retribución digna por nuestro trabajo como cualquier otro trabajador.
Soy de la opinión de que si no se cuenta con un presupuesto para realizar un evento de determinadas características o se busca financiación o no se debería hacer. Lo más cómodo y, desgraciadamente, habitual es pedir a los músicos que trabajen gratis y esto me parece abusivo puesto que nadie le pide a un profesional que trabaje gratis para beneficio ajeno. Creo que los músicos y en este caso los cantantes no tienen la culpa de la incapacidad de conseguir fondos de aquellos que quieren promover una iniciativa musical. No creo que Almodóvar, por poner un ejemplo, decida hacer una película sin saber lo que le va a costar y sin conseguir la financiación pensando que va a poder llevarla acabo con la buena voluntad de los actores, los técnicos, etc, POR AMOR AL ARTE!!!
En los tiempos que corren es difícil decir que no a las iniciativas que nos proponen pero como artistas debemos mirar al medio y largo plazo. Mi opinión es que si no nos comportamos como un profesionales, jamás nos tratarán como tales y para ello debemos hacernos valer empezando por hablar del caché y de las condiciones de trabajo.
En mi caso, tengo muy claras las razones por las que hago las cosas gratis. Son tres y son las mismas por las que cualquier profesional lo hace, un médico, un docente, un abogado, un informático, un carpintero, etc:
1. Por ayudar a personas con necesidad, es decir por una causa benéfica.
2. Por amistad cuando un amigo o un colega te lo pide.
3. Para medirte en una situación nueva, es decir para aprender y adquirir experiencia.
Y creo que no debería haber más, no se es mejor profesional por cantar en una sala importante, no se es mejor profesional por cantar con alguien importante, no se es mejor profesional por interpretar una obra difícil, todo eso es ego y vanidad que poco tienen que ver con la profesionalidad.