Cada vez que interacciono con otras disciplinas artísticas aprendo cosas nuevas y valiosas que creo que deberían formar parte de la formación de un cantante, una de ellas es la formación actoral.
Nos preocupamos mucho de aprender técnica vocal, idiomas y fonética, música, armonía, etc y nos olvidamos en muchas ocasiones que el fin último es interpretar, actuar, transmitir un mensaje independientemente de que esté enmarcado en una canción, en una ópera, en un oratorio o en un musical. Al fin y al cabo siempre hay una historia que contar, unos sentimientos que narrar y una situación que plantear.
Mi experiencia me dice que cuanto más interpretamos, en el sentido amplio de la palabra, es decir implicando nuestro gesto, nuestra emoción y sobre todo nuestro cuerpo mejor lo hacemos, más natural, más verdadero. Ojalá hubiera prestado más atención desde el primer momento a este tipo de cosas. Los cantantes, muchas veces, nos obsesionamos con la técnica, el sonido, el color, los agudos, la respiración y un sinfín de cosas que si trabjáramos desde un punto de vista más amplio apreciaríamos que todo tiene que ver con la relación con nuestro cuerpo y con la interpretación de lo que cantamos. Por lo tanto cuanto más trabajamos el cuerpo y la interpretación más orgánico se vuelve nuestro canto.
Siempre digo, como históricamente han dicho los grandes maestros de canto, que la palabra es la hoja de ruta de un cantante, que se debe entender el texto pero no solo desde el punto de vista de la inteligiblidad sino también desde la emoción, desde la caracterización del personaje. Desde el punto de vista interpretativo-actoral es necesario que sepamos
qué sucede, qué historia se está contando y sobre todo en qué momento o
estado emocional está el personaje para poder buscar en nuestro interior las emociones que nos lleven a ese estado. Si somos capaces de impregnar nuestra voz de esas emociones la mitad del camino estará hecho. Por supuesto, desde el punto de vista de la técnica vocal no podemos descuidar la pronunciación de aquello que cantamos y es esencial entender aquello que decimos para darle nuestros matices personales a través de esa emoción.
Creo fundamental para los cantantes que quieran dedicarse a la ópera, la zarzuela, los musicales y en general la música escenificada que reciban formación actoral, que se apunten a clases de teatro, de expresión corporal. Lo ideal sería tener un profesor de teatro que supiera trabajar con cantantes como sucedió en mi caso porque al hacerte actuar mientras cantas te hace franquear tus propios límites como cantante y como actor.
La verdad es que no entiendo como en las enseñanzas profesionales de música no existe, en muchas comunidades autónomas, una clase expresión corporal puesto que si para los cantantes es fundamental, para el resto del los músicos sería de gran ayuda para poder tomar conciencia de su cuerpo con el que trabajan todos los días. Considero necesario plantearse la formación artística desde un punto de vista más amplio que enriquezca a los alumnos y a los profesionales.