Artículo remitido por la cirujana maxilofacial Raquel Villar, miembro del equipo multidisciplinar de www.vocalcenter.es y autora invitada.
La
articulación temporomandibular es una de las articulaciones más complejas y que
despiertan más controversia en la cirugía oral y maxilofacial. Se trata de una
articulación glingimoartrodial entre dos áreas articulares cubiertas por
fibrocartílago: el cóndilo mandibular y la cavidad glenoidea-el tuberculo
articular del hueso temporal. Se relacionan entre si a través del disco
articular, del tejido retrodiscal, la cápsula
articular, la membrana sinovial y los ligamentos extrínsecos e
intrinsecos. Junto con los músculos de
la musculatura masticatoria permiten la apertura y el cierre mandibular; así
como el movimiento en los tres ejes del
espacio.
Permite un movimiento
de rotación o bisagra , durante una apertura de 20 a 25 mm y un movimiento de
traslación o desplazamiento, cuando la boca se abre hasta su límite máximo. El
movimiento de la mandíbula es sinérgico, actuando las dos articulaciones de
ambos lados .
Además de la
masticación y la deglución, la fonación es una de las funciones básicas del
sistema masticatorio. La forma que adopta la mandíbula, junto con la posición
de la lengua con los labios, el paladar y los dientes permite la resonancia y
la articulación del sonido.
La disfunción
de la articulación temporomandibular es un problema articular, muscular o
frecuentemente mixto. Se manifiesta clínicamente en forma de dolor, limitación
de la apertura oral y ruidos o clicks articulares.
Cantar de
forma adecuada, con un trabajo y relajación de la musculatura masticatoria,
cuidar la alimentación: reducir chicles y alimentos excesivamente duros, reducir
el nivel de estrés sobre todo referente a contractura de la musculatura
masticatoria, evitar el bruxismo o rechinar de dientes y cuidar la higiene
buco-dental son unos pilares básicos para mantener unas articulaciones sanas.
Raquel Villar es miembro del equipo multidisciplinar de Vocal Center