¿Crees que es importante trabajar la voz?
Sí, claro que es importante. Para trabajar la voz hay que conocerse primero. Escucharse mucho. Es imprescindible observar otras voces, averiguar cómo hacen lo que hacen, practicar, probar registros, saber hasta dónde se puede llegar...
¿Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
Absolutamente. Suena más segura. La experiencia es un grado y, lógicamente, cuantos más trabajos, y más variados, llevas a cabo, adquieres una confianza que, aunque parezca que no, se transmite a la voz.
Mi voz, además, se atreve ahora con más cosas.
¿Te gusta cantar?
Me ENCANTA cantar. Lástima que no lo haga bien. Tampoco mal, ¿eh?, pero sí me he oído y he descubierto que soy peor cantante de lo que sueno en mi cabeza.
¿Realizas algún ejercicio o "ritual" de calentamiento vocal?
Antes de cada locución me preparo moviendo los músculos de la cara y, sobre todo, los de la boca. Dejo sonar mi voz en diferentes escalas. Practico con algunas sílabas.
Me enjuago la boca de aire. Y, siempre, siempre, aunque haya corrientes más actuales que lo estén cuestionando, puesto que afirman que provoca tensión en la mandíbula, utilizo el truco del boli, que me va estupendamente.
¿Qué hace a un buen presentador?
La naturalidad. Sin lugar a dudas. Hay que ser uno mismo. Es fundamental transmitir confianza, ser creíble. Aconsejo dejar de lado el histrionismo pero mantener gestos cómplices con el espectador o el público. Y nada de engolar la voz, de cambiar la entonación... No hay por qué hablar distinto si te ponen una cámara o un auditorio delante.
¿Qué consejo darías a quien comienza en el mundo de la locución?
No me dedico al mundo de la locución en exclusiva, y mi trabajo, al menos de momento, se ha restringido a programas de televisión. Por tanto, no he buscado trabajo como locutora de manera específica y el que he hecho me ha salido de manera espontánea.
Pero por compañeras sé que existe mucha endogamia y que es un mundo algo cerrado. Que hay unos pocos pesos pesados que se reparten el pastel. Suele ayudar, por lo que sé, realizar cursos en escuelas que sean a la vez estudios y que tengan mano en el sector. En muchos de estos lugares no te llaman si no has estudiado con ellos. Pero insisto en que hablo de oídas.
En cualquier caso, no es el único sector donde te lo ponen crudo antes de empezar y yo ya, a estas alturas, he aprendido que no hay que hacer caso a los agoreros. Al final, quien más quien menos o en mayor o en menor medida, si persigue hacer algo, lo acaba consiguiendo. ¡Adelante!