Por: Redacción
Siempre como parte de la creencia popular se ha sostenido que la música tiene un efecto calmante y relajante, pero nunca antes se había podido dar claras y concisas evidencias con pruebas tangibles de la veracidad de esto.
Ahora por primera vez en la historia, una investigación ha demostrado que las personas que asisten a un evento musical; pueden sentir un efecto conmensurable dentro de los niveles de las hormonas de los individuos. Siendo que la “hormona del estrés”, (o cortisol) es la que muestra una mayor reducción en este contexto.
Y es que ciertos estudios realizados anteriormente, han explorado los aspectos psicológicos de escuchar música pero en un nuevo campo, que científicamente se ha denominado “neuromusicología”. Con este nuevo estudio se persigue encontrar respuestas a preguntas sobre la influencia la música en la mente humana, y además saber a ciencia cierta, si se producen cambios mensurables en las hormonas y por qué la música afecta al cerebro.
Un equipo de investigadores pertenecientes al “Centre for Performance Science” en Reino Unido, decidieron medir los efectos en los niveles hormonales que tiene en las personas que asisten a conciertos en directo. Para la realización del estudio se contó con la colaboración de 117 voluntarios que asistieron a un concierto del compositor Eric Whitacre. Algunos de los voluntarios asisten a más de 100 conciertos al año; mientras que otros iban a alguno que otro concierto al año y habían otros que jamás en su vida habían asistido a un concierto, ni eran apasionados (demasiado) a la música; y un cuarto grupo que lo formaban músicos con décadas de experiencia en la industria.
¿Cómo se hizo el estudio sobre los niveles hormonales y la música?
Mientras transcurrían los conciertos (se realizaron dos conciertos separados de la misma música y duración), los investigadores tomaron muestras de saliva de cada participante, antes de la actuación y al cabo de 1 hora más tarde, durante el descanso. Los resultados dieron como prueba un descenso de los glucocorticoides, y una reducción muy significativa del cortisol y de la cortisona.
Esta es la primera evidencia palpable aunque preliminar, de que asistiendo a un evento musical se puede obtener un impacto en la actividad endocrina, así lo afirma Daisy Fancourt quien es la líder del trabajo investigativo llevado a cabo y que además ha sido publicado en la revista científica “Public Health”. Es muy curioso que los resultados fueran tan significativos, a pesar de que independientemente de la edad de los participantes, así como de su experiencia en los conciertos o de su habilidad musical en general, no hubieron diferencias en los mismos. Los autores señalan que lo que esto sugiere es que hay una respuesta positiva y universal, a la asistencia a conciertos.
Cuales otros beneficios se obtienen al asistir a conciertos
La música como expresión permite compartir emociones y sin duda, la máxima emoción es asistir a un concierto, poder ver y oír en directo al grupo o cantante favorito es una experiencia única y satisfactoria. ¿Pero por qué se siente esa felicidad cuando se escucha música en vivo? Esa felicidad tiene que ver con los efectos que tiene la música en el cerebro y en lo que se siente al compartirla con otras personas.
Dentro de los beneficios están la explosión hormonal ya que al escuchar una canción en el móvil o computadora se siente cierto bienestar, es por ello que escuchar una melodía en vivo hace que se sienta mucha emoción y así se libera una gran cantidad de dopamina.
Quienes escuchan música en compañía, (está demostrado) se sienten más felices que el resto de la población, esto porque sienten mucho más la conexión social, pues la misma incrementa los efectos de felicidad que produce la música sobre las personas. En la “Universidad de Deakin” en Australia, a través de un estudio se comprobó que los niveles de felicidad y satisfacción con la vida, son mayores en aquellas personas que van a conciertos.
Los efectos que tiene la música en el cerebro y en el cuerpo humano
Un estudio que realizó la “McGill University” de Canadá, demostró que la actividad cerebral aumentaba, en personas que oían música y que manifestaban estar muy emocionadas. Además se notó como en el cerebro se activaban zonas relacionadas a procesos adictivos, emocionales y relacionadas a la memoria, con esto se pudo una vez más demostrar que la felicidad que da oír música, está relacionada también con las melodías que se conocen ya que tienen un significado especial para las personas.
Cuando se oye música, el cuerpo libera una sustancia llamada dopamina, esta sustancia es la encargada de hacer sentir la sensación de felicidad en las personas. Esta sustancia al ser liberada hace que antes de oír toda la melodía, se recuerde el momento más emotivo previo cuando se escuchaba la canción. Esto sucede porque se tiene en la memoria, almacenado el sentimiento de placer que produjo las veces anteriores, cuando se escuchó.
Es cierto que cada tipo de canción, hace sentir sensaciones diferentes y ese placer que se siente al escuchar una canción (más si le gusta mucho a la persona), se repetirá siempre al oírla. Incluso cuando la canción que se oye es nueva, pero tiene semejanzas con otras (que también agradan a la persona), hace que se activen las zonas en el cerebro relacionadas con el placer.
Esto es gracias a que también hay cierto componente sorpresa en la felicidad que se siente, al oír cualquier música y no sólo por las canciones que ya son conocidas.
Es importante que al ir a un concierto, que no se discute ni se pone en duda es una de las experiencias más satisfactorias y placenteras que se puede experimentar, se debe tener en cuenta que se pueden correr ciertos riesgos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
Y a pesar de ser beneficioso estar en un concierto, también es cierto que el cuerpo humano al no estar acostumbrado al estrés que producen las ondas de sonido, se sientan ciertas molestias y es recomendable (sobre todo a quienes acuden al concierto por primera vez) estar pendientes de cómo responde el organismo ante la cercanía a los parlantes y al fuerte ruido, todo esto con el fin de evitar tener algún daño a los oído.
