50 años sin Joséphine BAKER, estrella de la escena y la resistencia

Hoy se cumplen cincuenta años del fallecimiento de la cantante y bailarina Joséphine Baker. 

Josephine Baker fue mucho más que una cantante, bailarina y actriz. Su vida estuvo marcada por su capacidad para romper barreras en los escenarios, su lucha por los derechos civiles y su contribución como espía durante la Segunda Guerra Mundial. Convertida en un ícono del siglo XX, su legado abarca la música, el activismo y la valentía en tiempos adversos.

Orígenes y primeros años

Freda Josephine McDonald nació el 3 de junio de 1906 en St. Louis, Misuri, en un contexto de pobreza y segregación racial. Su infancia estuvo llena de dificultades, marcadas por el trabajo doméstico y su primer contacto con el racismo estructural. Sin embargo, desde temprana edad demostró un talento innato para la danza y el espectáculo, que se convertiría en su pasaporte hacia una vida de fama y propósito.

A los 13 años, huyó de un matrimonio abusivo y comenzó a trabajar como corista en espectáculos locales. Su estilo fresco y espontáneo llamó la atención, y pronto se unió a compañías teatrales que le abrieron las puertas a escenarios más importantes.

El salto a Europa y la fama en París

En 1925, Josephine Baker dejó Estados Unidos para buscar oportunidades en Europa. Fue en París donde su carrera despegó de manera espectacular. Se unió al Revue Nègre, un espectáculo que celebraba la cultura afroamericana y que rompió con los moldes de la escena teatral de la época. Su interpretación en la obra, con movimientos de danza innovadores y su característico baile salvaje, la convirtió en una sensación instantánea.

El número que consolidó su estatus como estrella fue su actuación con el famoso "cinturón de plátanos", que combinaba elementos de exotismo con una audaz crítica a los estereotipos raciales. Aunque esta imagen generó controversia, Baker utilizó su plataforma para redefinir cómo se percibía la identidad negra en el arte.

Una artista multifacética

Josephine no se limitó a la danza. Su voz y carisma la llevaron a incursionar en la música, grabando canciones como "J’ai deux amours", que se convirtió en su himno personal. También actuó en películas como Zouzou (1934) y Princesse Tam-Tam (1935), convirtiéndose en una de las primeras mujeres afrodescendientes en protagonizar largometrajes de renombre internacional.

Además, fue conocida por su estilo glamoroso y su magnetismo personal. Diseñadores de alta costura, como Christian Dior y Pierre Balmain, la adoraban, y su imagen se convirtió en sinónimo de elegancia y sofisticación.

Su compromiso con la resistencia y los derechos civiles

Durante la Segunda Guerra Mundial, Josephine Baker desempeñó un papel crucial como agente de la resistencia francesa. Gracias a su estatus de celebridad, pudo acceder a eventos diplomáticos donde recopilaba información para los aliados. Escondía mensajes secretos en las partituras de su música y transportaba documentos importantes mientras realizaba giras.

Por sus esfuerzos, recibió varias condecoraciones, entre ellas la Cruz de Guerra y la Medalla de la Resistencia Francesa, otorgadas por el gobierno de Francia.

En la década de 1950, Baker regresó a Estados Unidos y utilizó su fama para apoyar el movimiento por los derechos civiles. Se negó a actuar en locales segregados y participó en la Marcha sobre Washington de 1963, siendo la única mujer oradora junto a Martin Luther King Jr.

El sueño de la familia Arcoíris

Uno de los aspectos más conmovedores de la vida de Josephine Baker fue su deseo de demostrar que la humanidad podía vivir en armonía. Adoptó a doce niños de diferentes etnias y nacionalidades, a quienes llamó su "Tribu Arcoíris". Vivieron en su finca en Francia, Château des Milandes, que Josephine transformó en un símbolo de unidad y diversidad.

Aunque este proyecto le trajo dificultades económicas, Baker nunca abandonó su compromiso con la igualdad y la fraternidad.

Reconocimientos y últimos años

En los años 70, Josephine experimentó un renacimiento artístico, con actuaciones que celebraban su contribución al espectáculo y a la sociedad. En 1975, fue invitada a realizar una serie de presentaciones en París para conmemorar sus 50 años en el escenario. Las críticas fueron unánimemente positivas, consolidando su lugar como una leyenda viva.

Sin embargo, el éxito final llegó con un alto costo. Josephine Baker falleció el 12 de abril de 1975, días después de su última actuación. Francia le rindió homenaje con un funeral de estado, convirtiéndose en la primera mujer afrodescendiente en recibir tal honor.

Josephine Baker dejó un legado monumental que sigue inspirando a generaciones de artistas, activistas y soñadores. Su vida, llena de desafíos, éxitos y valentía, es un recordatorio del poder del arte como herramienta para cambiar el mundo.

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COACH VOCAL de referencia internacional. Titulada oficial Superior en Pedagogía del Canto con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera por unanimidad. Titulada en Canto, Piano e Ingeniería. Académica de las Artes Escénicas de España. Dir. Vocal Center. Miembro fundadora del Capítulo Iberoamericano de la Región Internacional de la National Assoc. Teachers Singing (EE.UU.). Miembro European Voice Teacher Association. Deleg. Asoc. Española de Profesores de Canto. Dir. Asoc. de Músicos Profesionales de España-CV. Experta en Técnica Vocal. Especializada además en voces infantiles y juveniles. Autora de las exitosas publicaciones: Claves de la Voz y el Canto, Guía Práctica para Cantar (núm. 1 ventas Amazon), Guía Práctica para Cantar en un Coro, La Voz sí que Importa, Cómo enseñar a Cantar a Niños y Adolescentes. Asesora vocal y Directora musical TV. Prepara asiduamente a participantes de concursos de televisión. 0034 651315263 "¡Cantad felices!"

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