Por: Redacción
El evento MIL VOCES por Benin, que tuvo lugar ayer en el Pabellón La Fonteta de Valencia, se consolidó como una de las citas corales solidarias más significativas del panorama musical reciente en la ciudad. Concebido con un claro fin benéfico, el encuentro reunió a mil niños y jóvenes procedentes de distintos coros infanto-juveniles junto con algunos coros de adultos, que aunaron sus voces con un objetivo común: poner la música al servicio de la solidaridad y la conciencia social.
Desde una perspectiva estrictamente musical, el proyecto destaca por la enorme complejidad organizativa y artística que implica preparar un repertorio amplio para un número tan elevado de intérpretes de corta edad. Coordinar ensayos, unificar criterios vocales, memorizar letras y músicas, y lograr cohesión sonora entre tantos participantes supuso un reto que solo puede afrontarse con una planificación rigurosa y un compromiso colectivo excepcional. El resultado evidenció horas de trabajo previo y una implicación profunda tanto de los niños como de los equipos pedagógicos y artísticos que los acompañan.
Entre las agrupaciones participantes están los coros: Pequeños Cantores de Valencia, Escola Coral de L´Eliana, Escola Coral Veus Juntes, Cor del IES Belenguer Dalmau, Cor de Bonrepòs y Mirambell, Escuela San José Jesuítas Valencia, Coro Colegio Marni, Coral Santísima Trinidad de Valencia, OVI-Coral Corremon y OVI Garrapata, CEIP Carrasquer, Escola La Masía, CEIP Serrería, Les Carolines, Petatonic School, UM Sollana, y varios coros de adultos.
También fue invitado el Coro Juvenil "La Brújula del Canto", auspiciado por esta revista digital, cuya presencia aportó solidez musical y experiencia coral al conjunto. La participación de este coro se inscribió dentro de un contexto de colaboración, en el que ninguna voz buscó protagonismo individual, sino que todas contribuyeron a un sonido común, amplio y representativo del espíritu del proyecto. En este sentido, el evento puso en valor la educación coral como herramienta de crecimiento artístico y humano, especialmente en edades tempranas.
Un aspecto relevante de la jornada fue el calentamiento vocal realizado por Isabel Villagar, reconocida profesional de la voz, quien se encargó de preparar mediante una vocalización a los jóvenes cantores durante el ensayo general antes de la interpretación. Este trabajo previo, fundamental en cualquier actuación coral y más aún en una de esta magnitud, ayudó a mejorar la concentración y la predisposición vocal ante el repertorio que iba a llevarse a cabo. La atención a la técnica vocal desde un enfoque pedagógico refuerza el carácter formativo del evento y demuestra que la calidad artística y la atención a las voces pueden y deben ir de la mano de los objetivos solidarios.
El repertorio interpretado, preparado específicamente para un coro multitudinario infantil y juvenil, puso de manifiesto el mérito extraordinario de aprender y sostener muchas canciones de forma colectiva. Más allá del resultado sonoro, que fue aplaudido con entusiasmo y emoción por los miles de asistentes, además, el valor del proyecto reside en el proceso: niños y jóvenes que aprenden a escuchar, a esperar, a integrarse en un grupo y a comprender que su aportación individual tiene sentido dentro de un todo mayor. En este contexto, cantar se convierte en un acto de cooperación y responsabilidad compartida.
El carácter benéfico de MILVOCES por Benín atravesó todo el evento y le otorgó un significado que va más allá de lo artístico. La música se presentó como un lenguaje común capaz de generar empatía y apoyo hacia realidades que necesitan visibilidad y recursos, como por ejemplo la necesidad del agua en el continente africano como punto inicial para cualquier proyecto de desarrollo social, como va a ser la construcción de nuevas escuelas en el África subsahariana.
Durante la interpretación se explicó que para que los niños puedan asistir a la escuela previamente necesitan no tener que ir a acarrear recipientes con agua cada día. Para los participantes más jóvenes, formar parte de una iniciativa de este tipo supone también una experiencia educativa de gran valor, al vincular la práctica musical con valores como la solidaridad, el compromiso y la conciencia social.
La anfitriona, la ong Juntos por la Vida es una organización no gubernamental que trabaja por la justicia social y la defensa de los derechos humanos, con una atención especial a la infancia como eje central del cambio social. Su labor se basa en la convicción de que la educación, el acompañamiento comunitario y el fortalecimiento de las familias son herramientas esenciales para romper los ciclos de pobreza y exclusión. La ONG desarrolla proyectos de cooperación internacional y acción social tanto en España como en otros países, entre ellos Benin, donde mantiene una presencia continuada desde hace varios años con iniciativas centradas en educación, formación y empoderamiento social.
En Benin, Juntos por la Vida impulsa programas de desarrollo que buscan mejorar las condiciones de vida de niños, niñas y jóvenes, abordando las causas estructurales que afectan a su acceso a la educación, a la salud y a un futuro digno. Su enfoque es a largo plazo y apuesta por la participación activa de la comunidad local, respetando el contexto cultural y promoviendo la sostenibilidad de los proyectos.
Dentro de este marco nace Voces por Benin, una iniciativa cultural y educativa que utiliza la música y el arte como herramientas de sensibilización y transformación social. El proyecto reúne a niños y jóvenes benineses que reciben formación musical y artística en su país, al tiempo que participan en un proceso educativo integral que refuerza su autoestima, sus habilidades expresivas y su conciencia sobre los derechos de la infancia.
Especialmente emocionantes las intervenciones de percusión y danza, tan sincronizadas y bellas, así como la parte vocal solista de Lucas Feliz, joven cantante de Lorca que descolló por su potencia, expresividad y creatividad melismática.
En conjunto, MILVOCES por Benín fue una celebración de la música coral en su dimensión más humana, un ejemplo de lo que puede lograrse cuando la educación musical, la organización colectiva y la vocación solidaria se alinean. El esfuerzo de preparar a mil niños para compartir escenario y repertorio merece un reconocimiento especial, no solo por el resultado artístico alcanzado, sino por el mensaje humano que transmite: que la música, trabajada con rigor y generosidad, tiene la capacidad real de unir, educar y transformar.
La próxima paradas es el día 23 de diciembre de 2025 en Castellón (Estepark) a las 18h con entrada libre, para pasar después por Boadilla del Monte, Luarca, Gijón, Avilés, Pola de Laviana, Villaviciosa, Sagunto, Alicante, Granja de Rocamora y Rojales.
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