Por: Isabel Villagar, profesora online de canto
El estudio en el canto no tiene el mismo enfoque que el estudio en un instrumento musical.
Si bien es cierto que para toda actividad musical se requiere el trabajo de la coordinación muscular en el caso de la voz se ha de tener un especial cuidado porque el grado de consciencia corporal que implica el trabajo vocal es muy alto y el patrón muscular debe ser fijado cuidadosamente.
Un instrumentista estudia una partitura tocando prácticamente al mismo tiempo que la lee, un cantante debe tener al música dentro de la cabeza antes de abrir la boca para cantar.
Cuando se tiene claro el rítmo, la melodía, la letra, las partes de la canción, etc... uno puede empezar a cantar frase por frase intentando que el cuerpo las reciba de manera natural y las vaya asimilando sin tensiones.
Se podría decir que hay un proceso de aprendizaje que pasa por varias fases:
1. Aprendizaje de la obra: en esta fase se aprende la música, la letra, las partes de la obra, las cadencias y se intenta comprender el sentido general, que se quiere decir, que sentimientos se expresan...
2. Interiorización de la obra: También se conoce como meter la obra en el cuerpo, quiere decir enseñarsela a la voz.
En esta fase se toma conciencia de aquellas dificultades que requieren un trabajo concreto y específico.
En esta fase se trabaja con un pianista y se fijan las entradas, las cadencias, los cambios de tempo.
3. Memorización y perfeccionamiento de la obra: A esta fase se debe llegar de una forma natural si se sigue el proceso y supone el poder cantar la obra en cualquier momento y circunstancia, la obra está tan interiorizada que ya es parte de uno mismo.
En una sesión de estudio se deben incluir obras que estén en diferentes fases.
Esto quiere decir que nunca se para de estudiar. Lo que si que sucede es que con el tiempo se va acortando la duración de las fases.
Por otro lado, es recomendable estudiar obras que se pueden cantar en un corto plazo y obras que requerirá un cierto tiempo poder hacerlas bien, son las obras reto, son las obras que nos hacen salir de la zona de confort (de aquello que nos da seguridad) y nos permiten aprender cosas nuevas y evolucionar.
Estudiar debe ser un proceso creativo en si mismo y se debe ser consciente de qué manera evoluciona la voz.
Eso sí, siempre recomiendo que no se abuse de las obras reto y que se trabaje sobre todo en aquellas obras que proporcinan una sensación de seguridad porque para cantar bien hay que estar tranquilo y esa tranquilidad proporciona el contexto favorable para el desarrollo artístico.