En este post voy a hacer una reflexión basada en mi experiencia personal y en los resultados obtenidos durante varios años de trabajo con la clase de coro de una escuela que imparte las Enseñanzas Elementales de Música (EEM)
Hace tres años se produjo en el sistema educativo musical español un cambio en el planteamiento de la clase de coro. Hasta entonces se impartía durante una hora a la semana en 3º y 4º. A partir del 2007 pasó a impartirse una hora a la semana en los cuatro cursos de las EEM. Este hecho supuso para mi un reto profesional debido a que debía hacer un planteamiento didáctico coherente con las caracterísitcas musicales y madurativas de los alumnos que empezaban y que debía tener una continuidad y una coherencia a lo largo de cuatro años.
Basándome en las premisas establecidas por Kodàly en su método de aprendizaje musical, en los materiales elaborados por la Schola Catorum de Algemesí (Valencia) (básados en los pricipios de dicho método), en las recomendaciones realizadas por varias publicaciones relacionadas con el trabajo de las voces infantiles y en la imitación como base de aprendizaje elaboré una propuesta metodológica que ha dado sus frutos a lo largo de estos años.
He podido comprobar que los alumnos tienen una gran capacidad para aprender a través de la imitación y por ello considero fundamental que se trabajen las voces sin apoyarse en el teclado, es el profesor el ejemplo que deben seguir los niños. Por esta razón el desarrollo de la comptencia vocal del docente debe ser una de las cuestiones a trabajar en la formación del profesorado.
Los niños que comienzan no tienen competencias desarrolladas en la lectura musical por ello el trabajo debe reforzar los contenidos que se imparten en la clase de lenguaje musical pero dese un planteamiento totalmente práctico. Entre los ocho y los doce años, los niños tienen una gran capacidad para aprender canciones de memoria y por ello se debe aprovechar este hecho para aumentar el bagaje musical y la experiencia musical, de manera que poco a poco vayan pudiendo vincular los conceptos musicales a su experiencia musical.
Se ha de ser muy cuidadoso a la hora de trabajar las voces debido a que el patrón musucular que los niños adquieran tendrá un impacto importante en su formación vocal presente y futura. El docente debe permitir el desarrollo natural y por ello empleará un repertorio en el que los alumnos nunca fuercen la voz. Si se va trabajando desde la comodidad (al pricipio es posible que no se canta más allá de una quinta) las voces evolucionán con naturalidad.
En un ensayo o una clase de coro no se puede pretender que los alumnos estén cantando durante una hora por ello se ha de trabajar de una manera dinámica y divertida la relajación, la respiración, la vocalización, la lectura y la entonación y el aprendizaje de las canciones y esto se debe hacer cada día.
Se ha publicado el libro en el que se explica más concretamente esta propuesta metodológica. Se llama "Vivo cantanto: coro en las enseñanzas de música" y lo podéis adquirir en este enlace: Vivo cantando, pincha aquí