Muchas veces estamos muy pendientes de buscar un buen profesor, de que nos den consejos y que nos ayuden pero en ocasiones somos nosotros lo que tenemos que ir en busca de las respuestas y hacernos preguntas que nos hagan avanzar y crecer musical y vocalmente.
Hoy voy a hablar de la búsqueda de nuestro sonido ideal. Creo que el sonido ideal es una imagen sonora que tenemos de cómo nos gusta que suene una voz y en particular como nos gustaría que sonara nuestra voz.
En mi caso, cuando empecé a estudiar veía que mi voz, por la falta de control, sonaba estridente o dicho más finamente "dura". Yo pensaba que mi voz tenía que sonar dulce y suave. Hace tiempo que los calificativos que otorgan a mi voz van en esa línea.
Siempre me inspiré en cantantes que poseían las cualidades que a mi me llamaban la atención: belleza en el canto, ductilidad de la voz, timbre homogéneo... con estas voces me conmovía, algunos ejemplos son: Pilar Lorengar, Edith Mathis, Luciana Serra, Susan Graham, Elly Ameling, Renee Fleming...
El trabajo de autodescrubrimiento no cesa nunca porque la voz es un sistema orgánico, vivo, que crece, que se desarrolla y por eso el cantante debe estar alerta a las peculiaridades de su voz y sobre todo no cejar en la búsqueda de ese sonido ideal.
Hay cosas que no se alcanzan a conocer si no existe un trabajo previo, con esto quiero decir que podemos tener el mejor de los profesores pero si no tenemos una dinámica de trabajo de autodescubrimiento de las posibilidades de nuestras voces, el aprendizaje no será verdaderamente significativo ni duradero y si no tenemos claro cómo queremos que suene nuestra voz dificilmente conseguiremos una transformación de la misma.
Aconsejo que se escuche múcha música y que se piense en cómo se puede conseguir que la voz suene más bonita. Como me decía una gran profesora que tuve "Se canta con el cerebro".