Ya cuando un alumno llega a clase por primera vez tiene, generalmente, unos gustos musicales determinados, una afinidad hacia un tipo de música concreto. En el caso de los adolescentes, además, forma parte de su personalidad, su autoestima, su identidad, etc...
Cuando los alumnos vienen a mi clase por primera vez les pregunto qué tipo de música les gusta cantar o escuchar. Esto me da información de pautas y premisas sobre el estilo e identificación musical del alumno.
Recuerdo cómo una alumna una vez se emocionó, ojiplática :), cuando le hice hace años esta pregunta. Me confesó que "jamás nadie le había preguntado, que nadie se había interesado por sus gustos" después de estar siete años en un centro educativo musical.
Si desde el mundo musical no centramos el proceso de enseñanza/aprendizaje en los intereses que llevan al alumno a acudir a las clases de canto o música (máxime en la enseñanza no reglada) estaremos castrando toda su ilusión y la "llama" de su aprendizaje.
Parece muy obvio lo que digo, pero sé que se dan muchos casos de profesores que sólo intentan encauzar a su alumnado por un único estilo, casualmente el único que domina el profesor. No es la mejor manera de motivar a un alumno intentar "embutirle" aquel tipo de estilo que el profesor conoce, pues un profesor de canto que se precie de serlo debería ser capaz de saber enseñar diferentes estilos y géneros vocales.
Así que recuerden bien, el centro de la pedagogía vocal no es el profesor, sino el alumnado!