En un país como Cuba, con el que tanto nos identificamos y llevamos en el corazón culturalmente hablando ("La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero", une con gracia la letra de una canción ambas naciones), para muchos de sus habitantes el arte ha sido y es una manera de prosperar en la vida a través de su talento.
Es el caso de Carlos Acosta, proveniente de una familia humilde, y con unas condiciones para la danza extraordinarias, que le llevaron gracias a la insistencia de su profesora de danza y a la presión de su padre, a convertirse en lo que es, un bailarín de primer nivel internacional.
Sin escatimar en lo duro de su recorrido y las dificultades a lo largo de toda su trayectoria, la película narra de una manera poética a través de la danza, omnipresente (podríamos decir que es una película-ballet de gran belleza), las vicisitudes de la carrera de un artista.
La motivación interna y externa
Hace reflexionar al espectador sobre el desarrollo del talento de los niños y la necesidad del compromiso del entorno para que ese talento evolucione a lo largo del tiempo.
Los niños y los jóvenes necesitan muchas veces del ánimo, del soporte y del impulso para mantener el foco en una actividad que en muchas ocasiones se les puede poner cuesta arriba.
Ayudar a los artistas a crecer
Es más, hasta que las personas no encuentran su motivación intrínseca, es decir, hacen lo que desean porque ellos lo desean y no porque el entorno les impele a hacerlo, hasta entonces se podría cuestionar si esa actividad está haciendo feliz a la persona o no o hasta qué punto se debe insistir para que continúe.
Como docente me parece fundamental ayudar a que los futuros artistas trabajen siempre desde ese deseo profundo interno y propio, porque las dificultades siempre estarán ahí y el riesgo de abandonar es mucho más alto si la motivación no viene de dentro.
Explorad el arte
felices
BONUS
La bella banda sonora, de Antonio Iglesias, un grande de la música para el cine: