Por: Redacción
Decimos que un auténtico documental sobre la música popular cubana ya que los protagonistas son aquellos músicos ya jubilados, prácticamente retirados, que fueron puestos en valor.
El productor menciona en un determinado momento que el proyecto consistía en mezclar a músicos cubanos con africanos, sin embargo, cuando llegaron a la isla caribeña, los africanos no fueron y Win Mertens sintió que debía hacer el trabajo de recuperación de la música tradicional de Cuba.
Cuba, un paraíso musical
Ya descubrió en su juventud esos sones, en un primer viaje que hizo con su esposa a la isla. Fue años después cuando su sueño se convirtió en una realidad.
Cuba, el paradigma del universo del bolero, es representado en este documental de una manera fidedigna (para su época).
Paseamos por muchos rincones, especialmente llamativo el malecón de La Habana, que tanto recuerda a la dieciochesca Cádiz, la llamada "tacita de plata" hispana, en especial a la zona de la Catedral.
No con desacierto se canta que "La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero" :)
Una pléyade de talento musical
El documental tiene una estructura narrativa en la que, mientras se narra el proceso de grabación del disco, se cuentan parte de las historias personales de los músicos que participan:
Orlando "Cachaíto" López al contrabajo, y una pléyade de grandes músicos populares (muchos con formación clásica) como son Eliades Ochoa, Manuel "Puntillita" Licea, Barbarito, Pío Leyva, Juan de Marcos González, Rubén González al piano, Octavio Calderón, Roberto García, Hugo Garzón, Carlos González, Manuel Galban, Manuel "Guajiro" Mirabal, Gilberto "Papi" Oviedo, Alejandro y Yanko Pichardo, Jesús "Aguaje" Ramos, Salvador Repilado, José Antonio Rodríguez y muchos más...
Todos atesoran sus tradiciones musicales, que nunca, esperamos se pierdan las raíces musicales de ningún país, en este caso el tumbao, el tres, el laúd cubano, las claves, la rítmica que nace del alma, los dúos vocales de armonía limpia que surgen de la improvisación, lo auténtico, el puro son cubano...
Unos cantantes que se expresan desde el alma
Ibrahim Ferrer, con una voz que parece que ha sido conservada en el tiempo ya que no denota síntomas de envejecimiento (para el momento en que fue grabado). Una voz de tenor de gran calidad y sensibilidad. Llama la atención que relata que quedó huérfano con doce años y tuvo que ganarse la vida y lo hizo con multitud de trabajos, entre ellos cantar en el local Buena Vista Social Club.
Compay segundo, es el primero en ser presentado en el filme y se jacta de que ya de pequeño le encendía los habanos a su abuela. Su autenticidad vocal y su talento con el tres, instrumento nacional cubano, es maravilloso.
Omara Portuondo, una diva, en el buen sentido de la palabra. Elegante, con una presencia escénica impactante a pesar de su edad, se hace grande sobre las tablas. Con una voz cargada de vida y de emoción y un dominio de la misma muy bueno.
Todos llevan en la sangre la expresión cubana y la vertían generosamente al público.
Un camino de documentación musical y divulgación a imitar
Sería muy interesante y conveniente que la sociedad española también conociera sus raíces musicales a través de las leyendas aún vivas de sus diferentes estilos (flamenco, cant d´estil, muñeira, jota, sardana, chotis y un larguísimo etcétera).
Seguramente los músicos populares aún vivos en España atesoran una gran sabiduría que estarían dispuestos a compartir (tal y como sucede en la película comentada respecto de los músicos cubanos) y sería un documento genial para las nuevas generaciones.
De 2003 y del mismo autor, Wim Wenders, es la continuación Música cubana - "Sons of Cuba" (Buena Vista Next Generation) también en Amazon: