Por: Redacción
Oliver Sacks fue un afamado neurólogo londinense que ejerció en Nueva York, fue profesor de neurología clínica y psiquiatría en la Universidad de Columbia. Se especializó en el tratamiento de patologías extremas del cerebro lesionado de músicos.
Afirmaba, de manera bastante precursora, que los humanos somos "una especie tan lingüística como musical".
Como dijo un crítico en una revista mexicana
"las historias que cuenta Sacks acerca de personas que intentan trascender sus disfunciones nos han llevado a cambiar la forma en que pensamos acerca del cerebro y de la experiencia humana".
Inspiración real para una película emocionante con base musical
El nombre que le dio al caso para mantener el anonimato de su paciente fue "El último hippie", narrado en su libro "Un antropólogo en Marte"; en la película Gabriel Sawyer es encarnado por el actor Lou Taylor Pucci.
Nos muestra a un ser atrapado en una época de su vida muy concreta, que se corresponde con la música que escuchaba a la sazón:
- The Beatles,
- Rolling Stones,
- Crosb,
- Stills & Nash,
- Buffalo Springfield,
- Bob Dylan
- y, su favorito, Grateful Dead...
Una muestra vívida del valor de la música como activador neuronal
En "Un antropólogo en Marte" Oliver Sacks narra con su habitual estilo humano el caso de un paciente con un tumor cerebral grande en la línea media, tumor que abarcaba la glándula pituitaria, las zonas adyacentes, los lóbulos temporales y el diencéfalo.
Este paciente fue intervenido tardíamente, al vivir en la calle, sin apoyo de su familia, hecho que influyó negativamente en su evolución.
Una de las cuestiones destacables que se observan en la película es que la música escuchada en la adolescencia, época en la que las personas comienzan a formar su propio criterio musical, buscan afinidades y, sobre todo, sentirse aceptados en su grupo de iguales, es la que se queda más grabada en nuestro cerebro.
Como bien se sabe actualmente en este periodo se produce el modelado neuronal o poda que marcará el desarrollo adulto futuro de la persona.
Conexiones emocionales a través de la música
Cuando el padre intenta acercarse a su hijo a través de la música con sus gustos fracasa. Tan sólo en el momento en que se hace a través de la música que escuchó el hijo en su juventud se produjo una activación de la memoria a largo plazo.
Si algo hemos de aprender de esto, por lo tanto, como pedagogos y padres, es que debemos permitir en nuestros adolescentes esa exploración musical que les ayude a construirse como personas integrales.
Hoy en día ya sabemos del potente trabajo que se puede hacer a través de la música en personas con déficits cognitivos o lesiones cerebrales.
Incluso aquellas personas que tienen limitaciones en su movilidad se benefician de la activación neuronal que se produce a través del ritmo y del pulso.
Muchos niños con autismo aprenden a hablar gracias a la integración de palabra y ritmo y la mayoría de los niños y los bebés aprenden a hablar porque aprenden a distinguir patrones rítmicos y melódicos.
SPOILER (no leer si no quieres saber parte del final)
Sublime y enternecedor es el momento hacia el final en que se produce la reconciliación que el padre buscaba, atormentado por su conducta anterior hacia él, "Papá, eres el mejor".
Un padre y una madre son capaces de hacer lo que sea por ver a sus hijos felices. Es conmovedora la escena final en el concierto... y no revelamos más :)
BELLO EJEMPLO DE CINE Y MÚSICA
RECOMENDADO CON PAÑUELO CERCANO ;)
Algunas obras de Oliver Sacks: