También conocida como contrafactum o contrafacta, es decir, conservar la melodía original cambiando la letra.
Como en el antiquísimo chiste musicado sobre la Pequeña Serenata Nocturna K. 525 en sol M mozartiana:
Esta práctica se conoce desde la Edad Media, siendo uno de los casos más paradigmáticos avanzando el tiempo las letras de Juan del Encina (o Enzina), que tornó el significado de profano a religioso de parte de su obra, o el "Prado verde y florido" por "Pan divino y gracioso" de Francisco Guerrero.
Y volviendo a nuestra época comenzamos por uno de los grupos más conocidos por esta práctica, Los Gandules:
"Ese Loco Material", sobre "Libertad, libertad":
O "Soy mi nuero" por "Soy minero":
"Ladrón de cobre" por "Amor de Hombre" (a su vez sobre un intermedio de la zarzuela "La Leyenda del Beso" de Soutullo y Vert):
Engendro es otro de los referentes de este "género", aquí su célebre versión sobre Camilo Sesto:
O "Los Serrano" por "Mediterráneo" de Serrat:
Mojinos Escozíos versionando... "Fire"... de Jimmy Hendrix!!!:
O "Pacto entre caballeros", de Joaquín Sabina en "Mucha Polisía":
Muy "heavys" en todos los sentidos son Operación Mutante, aquí versionando a Beth:
O Aserejé, de Las Ketchup (sin comentario):
El grupo Mamá Ladilla se quedó "a gustito" cuando, en 1998, (no había ese sentido de corrección política) dedicó esta canción al presidente a la sazón de la compañía Telefónica cuando las cabinas no devolvían el cambio (sobre música del celebérrimo Aleluya de Haendel, sic!):
(El final es antológico)
Para terminar un cumpleaños feliz de los más curioso y un homenaje a los ochenta de El Reno Renardo, todo un retrospecter o remembering :)
A reír felices con los cambios de las letras...
