¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tus comienzos?
Sin duda fue Amália Rodrigues.
Empecé a escuchar sus discos en el año de su muerte (1999) y recuerdo aislarme en mi habitación sintiendo todas las emociones a las que me transportaban su voz y los versos que cantaba. Y fue en este momento que comencé a sentir y percibir mejor las palabras y a vincularlas a la música de una manera más profunda.
¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?La primera vez que canté en público. Tenía 7 años y canté el salmo en la iglesia del pueblo de mis padres. Antes de eso siempre tuve una conexión muy estrecha con el canto, porque desde muy pequeña mi padre cantaba canciones del cancionero portugués y fados de Amália.
¿Cuándo decidiste que querías cantar?
Tuve varios momentos. A la edad de 10 años empecé a cantar en un coro que hacía grandes producciones de ópera donde me invitaron a ser parte y ser protagonista de algunas de ellas, luego a los 15 años me uní al Conservatorio de Música Nacional de Oporto donde estudié canto durante 5 años, pero más allá del canto lírico había otro estilo musical que me atraía y donde me entregaba más, que era el fado.
Empecé a cantar a la edad de 18 años en Casas de Fado y también hice teatro musical, uno de ellos sobre la vida de Amália Rodrigues. Tal vez este fue el momento más importante, cuando decidí que cantar era de hecho el camino que quería para mí.
¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
Además de Amália, hay otras voces que me inspiran de nuestra generación como Silvia Pérez Cruz o Concha Buika. También hay voces masculinas como Glen Hansard o Benjamin Clementine. Pero también aprecio mucho el trabajo de Billie Eilish por el lado artístico que pone en sus producciones.
Luego hay otros músicos como Ryuichi Sakamoto o Yann Tiersen que me hacen navegar por otros mundos de la música y eso también me inspira mucho.
¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
He estado cantando fado durante más de 15 años, así que sería raro si hablara de otro estilo musical, pero también me gusta explorar otras áreas más clásicas. Siempre tengo la puerta abierta a lo que me hace dejar lo que es "normal" e ir también en busca de otros sonidos y otros estilos que me emocionan.
Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional.
Hay un proyecto muy reciente, Lina_ Raül Refree. En Lisboa, antes de un concierto en San Luiz, recibí unas flores que tenían una tarjeta de condolencia. Decía:
"Querida Sally,
Todos estamos muy entristecidos por la pérdida de su padre Antonio. Que descanse en Paz."
Fue extraño el momento y no fue hasta que me preguntaron si no había recibido flores que me di cuenta de que eran para mí, pero la floristería cambió las cartas.
¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes?
Muy mala. Estos tiempos de pandemia están siendo muy difíciles. No sólo para los músicos, sino también para los técnicos y toda la industria.
El arte es un bien esencial. Sin ella se pierde la magia del sueño y la liberación. Es algo que nos eleva y necesitamos ser más valorados. Ser artista a veces puede ser muy difícil y me entristece.
¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a cantar?
Que canten con el alma y con sencillez. Y que no dejen de creer en el poder que este don puede aportar a la humanidad.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música?
La música para mí es algo superior a todo lo que existe. Recuerdo haberme sentado al piano con Raül Refree en el último concierto en Santander y emocionarme. En ese momento sentí la necesidad de escuchar música creada en ese momento y la importancia que tiene para mí. La música es un acto de amor para nosotros y para aquellos que la escuchan y la sienten.
¿Dónde pueden hallar nuestros lectores más información en la red sobre ti?
En Instagram:
@linaartistofficial
y
@lina_raulrefree
