Por: Redacción
Comentamos la película musical Rocketman, que narra la vida del músico y cantante Elton John desde su infancia, haciendo flashback desde una reunión de personas con adicciones, en su caso múltiples.
Se crió en una familia cuyo padre, ausente, jamás le dio un abrazo y la única manera que tuvo de acercarse a él emocionalmente hablando fue a través de la música, que se convirtió en su tabla de salvación. Gracias al apoyo de su abuela pudo estudiar piano en la Royal Academy of Music.
Una vida con bifurcaciones sorprendentes
En su adolescencia su carrera musical dio un giro desde la música clásica hacia el rock, descubierto a través de un disco de Elvis Presley.
Un promotor le dio la oportunidad de sus primeros conciertos en gira, de ahí a empezar a componer sus propias canciones en alianza de un letrista, Bernie Taupin, con el cual estableció una fuerte amistad a lo largo de muchísimos años.
El momento de la conversión viene definido por su necesidad de ser cantante antes que pianista y compositor antes que intérprete, y lo resume una frase de un amigo: "tienes que matar al que debía ser para convertirte en el que quieres ser".
También marca su nueva etapa el cambiar de usar su nombre real, Reginald Dwight a su nombre artístico (el sobrenombre de John viene por el beatle John Lennon).
Elton John en Rocketman: sucesión de momentos musicales y vitales muy especiales
La canción "Your song" (un momento muy emotivo en la película) fue aquella por la apostó el dueño de la discográfica para la que trabajaba entonces para impulsar su carrera y dar el salto a EE.UU.
De su debut en la sala Trobadour, con el rock del cocodrilo, a la aparición de un manager con el que tuvo una relación tóxica, el cual obtuvo el 20% de sus ganancias, llevándole al estrellato internacional consolidando un negocio de decenas de millones de dólares anuales.
Sin embargo ese ritmo de trabajo y la carencia de apoyos afectivos y seguridad emocional en su entorno más próximo le llevó a abusar de sustancias estupefacientes y otras peligrosas para su vida, en una vorágine de excesos.
Un ascenso y caída de la que finalmente pudo resurgir con una terapia de aceptación de su realidad, de perdón y de reencuentro con su niño interior herido.
I´m still standing es el verso de una metáfora de sanación, de hecho permanece sobrio desde hace casi tres décadas, rehaciendo su carrera de una manera más menos, con menos parafernalia y más autenticidad. Permanece, lo cual augura un desenlace feliz en los últimos años de su vida.
Pura fantasía y poesía muchas de las escenas filmadas por Dexter Fletcher
Un vestuario de diez, una ambientación perfecta, con la recreación de todo tipo de detalles y escenarios.
Las canciones se entretejen muy fluidamente con la narración biográfica en Rocketman, un diez por el engarce de la banda sonora original con la acción, todas las canciones son éxitos del cantante británico y no suponen ningún "parón" en la continuidad, se ve y escucha con mucha naturalidad.
Una película musical
maravillosamente rodada
para entender al carismático cantante
