Un placer entrevistar hoy a una artista única que interpreta el flamenco más jondo desde un instrumento inusual para este estilo, el arpa, en el que consigue alzar cotas hasta lograr hacerlo idiomático
¿Cómo nació en ti la pasión por el flamenco?
Nací y crecí en territorio flamenco, en Jerez de la Frontera. Aquí el flamenco está por todas partes y desde siempre me sentí identificada en mi interior con esta música.
¿Qué significa el flamenco para ti?
Para mí es la expresión artística de una manera de sentir y de percibir la vida que se da mucho en el Sur de España (sin que esto impida que se pueda encontrar en otras partes del mundo). Cuando alguien canta, toca o baila flamenco, yo entiendo lo que está queriendo decir.
¿Cuáles son tus palos favoritos?
Soleá, seguiriya y bulerías
¿Qué asociarías a cada uno de ellos?
La Soleá es la elegancia, un llanto refinado.
La seguiriya es el útero, la madre, el inicio, la raiz de la que nace todo.
Las bulerías la fiesta, la alegría, la celebración.
Cuéntanos por favor alguna anécdota que te haya surgido encima del escenario.
Una vez estaba tocando en un programa de TV donde me llamaron a participar y José Mercé estaba en el jurado. Se arrancó a cantar sin previo aviso. Dejé de tocar lo que estaba interpretando y me puse a acompañarlo sobre la marcha.
¿Cuáles son tus cantaores de referencia?
Me encanta la Paquera. Pero el cante para mí es altamente inspirador. Me gustan muchos personajes del cante: Agujetas, Terremoto....
¿Cómo surgió la idea de realizar un espectáculo con arpa, cantaora y cajón?
Son pasos naturales que he ido a medida que avanzaba con el instrumento. Mi idea no era hacer una una formación de estas características. Mi idea original siempre fue hacer sonar el arpa de manera que se convirtiese en un instrumento flamenco.
A partir de ahí, he ido buscando elementos para acompañarla que le fueran bien dependiendo de las especificaciones del lugar donde vaya a tocar. Si voy a una plaza de toro ó a escenarios grandes, le añado baile, y palmeros, además del cante y la percusión. Hace falta que seamos más porque si no, el espacio te come.
Si es un lugar íntimo que se preste a ello, hago un concierto de arpa solista instrumental. Si me llaman para tocar el día de la mujer, voy a dúo y llevo arpa y una cantaora, para que seamos una formación femenina....pero siempre, presentando el arpa como protagonista. Nunca he querido formar una banda.
Siempre he preferido llevar el arpa flamenca en distintos formatos según la circunstancia, pero sin asociarme con nadie. Ahora curiosamente tengo una banda con Jorge Pardo, tras proponérmelo él, pero una banda donde mezclamos elementos y mantenemos una conversación entre el flamenco y el jazz.
¿Cómo enfocas el acompañamiento del cante?
Hay que conocer muy bien el cante para poder seguir al cantaor o cantaora, fundamentalmente porque el cante normalmente es de inspiración. Es decir, el cantaor no sabe qué va a cantar, va improvisando según como va sintiendo y es por ello, que es imprescindible conocer los cantes muy bien.
Aún así es algo que nunca termina de aprenderse.
¿Qué destacarías de tu trayectoria hasta el momento?
Estoy muy feliz de haber sido capaz de escuchar mi corazón y haber dejado un trabajo de funcionaria para poder dedicarme a hacer lo que amo.
Fue un paso muy difícil de mi vida. Dejar lo seguro por dar un salto al vacío. Hoy día me gano las lentejas tocando el arpa flamenca. Un sueño hecho realidad.
¿Dónde pueden nuestr@s lectores encontrar información actualizada sobre tus próximos proyectos?
En mi página web: www.arpaflamenca.es
