EPISTOLARIO Manuel de Falla - Wanda Landowska (1922-1931): un "concerto" de amistad musical

 Por: Agustín Manuel Martínez


Reseñamos hoy una interesantísima publicación para los amantes de la intrahistoria musical de dos grandes genios de la música, el compositor andaluz universal Manuel de Falla y la clavecinista polaca Wanda Landowska.
Un volumen a cargo de Sophie Lamberbourg editado a la limón por Editoria Universidad de Granada (EUG), del cual dejamos enlace abajo, y el Archivo Manuel de Falla.

Falla y Landowska, un tandem que fructificó musicalmente 


Manuel de Falla es el compositor español icónico del siglo XX, nacido en Cádiz en 1876 y fallecido en Argentina en 1946. Es considerado uno de los compositores más importantes de la música clásica española y un representante destacado del nacionalismo musical.

Falla es conocido por sus obras para piano, música orquestal y vocal, ballets y música de cámara. Entre sus obras más destacadas se encuentran "El Amor Brujo", "Noches en los jardines de España", "La vida breve" y "El sombrero de tres picos". En su música, Falla utilizó a menudo elementos de la música popular española, como el flamenco y las melodías andaluzas, así como de la música histórica española.

Además de su carrera como compositor, Falla también fue un importante estudioso de la música hispánica y promotor de la misma. A causa de la Guerra Civil Española, se exilió a Argentina, donde continuó trabajando en su música y en la promoción de la cultura española en el extranjero.

Wanda Landowska fue una destacada clavecinista y pianista polaca nacida en 1879 y fallecida en 1959. Es considerada una de las pioneras en el renacimiento de la música barroca y la interpretación en instrumentos antiguos.

Landowska fue una de las primeras intérpretes en tocar el clavecín con regularidad en los conciertos del siglo XX, y también fue una de las primeras en utilizar instrumentos históricos en sus interpretaciones. 

Desarrolló un estilo propio de interpretación del clavecín inspirada en el modo de ejecución histórico (en función de lo que nos ha llegado vía texto de la época). En el siguiente vídeo puede observarse su típicamente clavecinística posición de dedos (curvados y con nudillos bajos, claramente en posición "de función", con mucha claridad articulatoria) y manos (posición baja de muñecas, principalmente):


Entre el legado más destacado de Landowska se encuentran sus grabaciones de obras de Johann Sebastian Bach. Destaca también como intérprete de Mozart, de cuya destreza hay algunos muy interesantes ejemplos sonoros en YouTube de conciertos y sonatas del salzburgués donde llama la atención por su limpio fraseo y ornamentación añadida en ciertas repeticiones o completando la escritura de ciertos psajes. También fue una defensora de la música de compositores menos conocidos a la sazón, como Domenico Scarlatti y François Couperin.

Además de su carrera como intérprete, Landowska fue una importante profesora y musicóloga, y escribió un texto muy reivindicable, "Música antigua", a cerca de la interpretación y la historia de la música antigua. Fue una figura influyente en la música del siglo XX y su legado sigue siendo reconocido en la actualidad.

Landowska inició un movimiento de recuperación del instrumento de cuerda pulsada mediante teclado que había caído en desuso en el siglo XIX. No hay que confundir nunca el clave, clavecín o clavicembalo, que de las tres maneras puede denominarse (con forma de ala o cola y plectros o puas en su mecanismo) con el clavicordio, que es otro tipo de instrumento distinto, éste último fácilmente reconocible por su forma rectangular y su mecanismo de tangentes.  

Para difundir la sonoridad más auténtica del clave (recordemos que en un contexto en el que el piano estaba en pleno auge) se hizo construir un clave "reforzado", podríamos decir, para que pudiera "resistir" largos viajes y tuviera una sonoridad lo más grande posible para las grandes salas de concierto. Ella misma llamaba a su instrumento medio en broma "guitarra hiperbólica".

Toda una pléyade de clavecinistas tomó ejemplo de la polaca inspirando una nueva escuela de virtuosos del clave que incluyen a Rudolph Dolmetsch, Anna Linde, Simone Plé, Eta Harich-Schneider, Marguerite Roesgen-Champion, Yella Pessi, Alice Ehlers Julia Menz y Regina Patorni-Casadesus, por nombrar sólo los de la generación primera que dejó testimonio sonoro en grabaciones de discos de pizarra.

Un epistolario denso en el que se vislumbra la cotidianidad musical de dos genios


Aunque el grueso de sus cartas se publicó en francés hace unos años, tenemos aquí un estudio adicional profundo en castellano incluyendo dataciones exhaustivas. Felicitar a la autora por el inmenso y riguroso trabajo. Viene a completar las correspondencias editadas en años recientes mantenidas por el compositor gaditano con el político Leopoldo Matos, la escritora María Lejárraga (la autora real como se ha sabido más recientemente, de los textos y argumentos que dieron origen a obras como "El Amor Brujo", antes atribuidos a su marido Gregorio Martínez Sierra, en un ejemplo asombroso de roles de género antiguos muy propios de la época y que no deberían repetirse) y Adolfo Salazar, gran crítico musical de su época y alumno suyo de composición. 

Nos avanzan en su prólogo que están en camino los epistolarios de Falla con el pintor Ignacio Zuloaga y con su mentor en Madrid, Felipe Pedrell, a quien podríamos adjudicar el haber sembrado la semilla del interés que el compositor andaluz desarrolló por la influencia de la música popular e histórica como substrato para "sublimar" su música, como diría. No en vano Pedrell escribió una frase certera y casi resumen de lo que Falla conformaría: "El canto popular y la técnica de la escuela musical española, constituyendo y afirmando la nacionalización del arte, merced a la tradición técnica constante y cuasi general de componer sobre la base del tema popular".

La historia parte de un concierto en el que ambos participan al comienzo de la década de 1910, relación que es retomada por el impulso y visión de Adolfo Salazar, antes citado, algo más de una década después. 

Recorrer la amistad sincera y profunda, la mayoría de las veces ocupada  en temas "mundanos", "organizativos", de "logística", podríamos decir, pero entre tanto detalle de gran interés musicológico sobre editores, promotores de conciertos, etcétera, van sobresaliendo expresiones en forma de "gemas" muy curiosas que nos ilustran sobre el germen de la participación inaugural como "renacimiento del instrumento" en la historia de la música de clave (en su contexto de principios del s. XX) a través del Retablo de Maese Pedro y del Concerto para clave (o piano).

Como cuenta Wanda a propósito de la primera colaboración en la obra del Retablo: "...traeré mi clave y mañana, en la Alhambra, se lo enseñaré y le daré a conocer el instrumento (...). Yo tocaba y él tomaba apuntes. Rehice la parte que había escrito para clave, y poco después se estrenó en París, en el palacio de la princesa de Polignac, con el éxito que todos conocemos. Cuando dejé Granada, le dije: Considere este trabajo como una introducción. Inmediatamente me prometió un concierto, que es el que compuso poco después y que tardó casi cuatro años en concluir".

De lo que podemos colegir que Falla oyendo a Landowska quizá se determinara por realizar una escritura más contrapuntística, más "horizontal", frente a la verticalidad típicamente vertical de la escritura pianística anterior.

El Concerto para clave sube finalmente al escenario


No fue un camino fácil, fue casi más que un parto por lo difícil y largo, si se nos permite la expresión en tono jocoso. 

Nos ponemos en la piel de la intérprete a la que le iba llegando la partitura lentamente, tal era la costumbre del meticuloso hasta el extremo Falla de trabajar hasta la depuración total del detalle más ínfimo. Ella necesitaba algo más de tiempo para poder estudiar la obra de nueva composición, como es comprensible, porque también quería hacer un trabajo "redondo" y no un "simulacro" del Concerto, como lo llegó a calificar el propio maestro.

No fueron todo elogios al principio, un crítico llegó a referir que el maestro se interna el camino de los modernismos a lo Stravinsky con poca emoción, equivocándose, desorientándose. U otro, este extranjero que llega incluso más lejos expresando: "Tal vez esta obra respire el alma de España, pero gran parte de ella fue aderezada con salsa de ensaladilla rusa importada (...). Puede que Falla acabe liberándose de la esclavitud de Stravinsky, pero no lo ha hecho en esto concierto. (...) mustio ccuarto de hora, como una sustancia gelatinosa y vacilante a la deriva en el todavía inexplorado mar del llamado modernismo."  

Es más, existe otro que llega a dejar blanco sobre negro: "El abismo entre el profesional y el diletante no ha sido a menudo tan acusado como en la escritura de Mozart y Falla para el clave. (...) Mozart sabía lo que que se podía y lo que no se podía hacer, y el señor Falla parece no saber nada sobre el asunto". Como siempre, el tiempo pone a los críticos en su sitio y las palabras de ellos mismos los describen a la perfección, por lo que ni siquiera mencionaremos sus nombres. 

Un epistolario totalmente recomendable para el erudito y asimismo para el aficionado


Leer este epistolario es casi como adentrarse lo posible en el "cobertizo feérico" (adjetivo que hace alusión al mundo de las hadas), referido a la casita falliana -Carmen de la Antequeruela alta- cercana a la Alhambra granadina - que recomendamos visitar junto al Archivo, donde conversaron y nos sumerge en un ambiente cual si pudiésemos revivir aquella sincera e íntima amistad entre dos músicos que se admiraban mutuamente y colaboraban. Si ella era la "maga del clave" (en palabras de la época), el libro realmente nos "hechiza".

Destacamos especialmente lo cuidadoso de su transcripción y edición, especialmente sus notas que ayudan a conocer a las personas de su entorno. ¡No hay que dejar de leer ni una sola de las palabras tachadas! Incluye la correspondencia del compositor con la madre de la intérprete, así como su secretaria. Muy recomendado también su apéndice documental, con unos textos muy ilustrativos y necesarios, así como lo práctico de su índice onomástico y las variadas ilustraciones finales, de las que llamamos la atención sobre el primer programa en el que coincidieron, las fotos que hizo la asistente de Wanda en Granada a ambos maestros, incluida una sobrecogedora en la que aparecen, además de los músicos aludidos, Federico García Lorca y la hermana de Falla, entre otros así como las dedicatorias autógrafas originales.

Wanda - Falla, el pasado como fuente de innovación


Hay un momento de un ensayo en el que Wanda se auto-describe humorísticamente: "¡Por fin, por fin, ya no me trataréis como a un vejestorio obsoleto! Todos los músicos aquí presentes deben escribir para mí, porque el clave no es una pieza de museo!". Poulenc fue el siguiente en seguir la senda con su Concierto Campestre, también dedicado como el falliano a la clavecinista. En la cita atribuida al arquitecto Antonio Gaudí, "Ser original consiste en volver a los orígenes", podríamos ver resumida toda la pulsión de aquellos músicos a la sazón por renovar la música sin dejar de tener los pies bien anclados en el pasado, abriendo el periodo estilístico llamado "Neoclasicismo". 

Falla en aquella década del 20 lo llevó a su esencia, despojándolo de costumbrismo o pintoresquismo y universalizó su música sustanciándola, "deconstruyéndola", podríamos decir ahora. En sus propias palabras, respecto a que Wanda aludió al concierto para clave como "andaluz" -el autor lo era, no tanto su obra-: "procuro organizar la obra con la sustancia de la música hispánica más que con el lado exterior de cualquier música regional". Es el Falla más austero, reconcentrado, mirando más hacia el pasado para conquistar el futuro, en el momento de inspiración denominada más "castellana".

En el siguiente audio, como despedida, oímos al maestro hablar y llama la atención la intensa declamación, su tono positivo y vital. Nos parece realmente conmovedor:

Un libro muy recomendado para los estudiosos de la obra de estos dos geniales músicos y todo aquel curioso que desee profundizar en las entrañas del Concerto para clave, en un largo y feliz proceso, realizando una mirada "interna" completa a su maduración, con sus vicisitudes y logros.

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COACH VOCAL de referencia internacional. Titulada oficial Superior en Pedagogía del Canto con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera por unanimidad. Titulada en Canto, Piano e Ingeniería. Académica de las Artes Escénicas de España. Ha sido Profesora Máster online Pedagogía de la Voz Universidad Europea Miguel de Cervantes-SLKE (2018-2021). Dir. Vocal Center. Full Member National Assoc. Teachers Singing (EE.UU.). Miembro European Voice Teacher Association. Deleg. Asoc. Española de Profesores de Canto. Dir. Asoc. de Músicos Profesionales de España-CV. Experta en Técnica Vocal. Especializada además en voces infantiles y juveniles. Autora de las exitosas publicaciones: Claves de la Voz y el Canto, Guía Práctica para Cantar (núm. 1 ventas Amazon), Guía Práctica para Cantar en un Coro, La Voz sí que Importa, Cómo enseñar a Cantar a Niños y Adolescentes. Asesora vocal y Directora musical TV. Prepara asiduamente a participantes de concursos de televisión. 0034 651315263 "¡Cantad felices!"

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