Máter, seudónimo de Mayte Henríquez, surge en el contexto del confinamiento. Las inquietudes artísticas de toda la vida, aplazadas por la vida misma, se dieron cita en este periodo de paréntesis social y cristalizaron en un proyecto (musical primero y videográfico posteriormente) que pretende conjugar música con imágenes, con el ánimo de enfatizar mejor la composición que siempre pretendo que tenga una intención honesta, clara y con una letra cuidada y coherente con la armonía musical.
Como compositora y cantante soy consciente de que prima el oído y de que la música habitualmente no se ve, sino que se escucha, por eso intento dar todo en mis composiciones y en mis interpretaciones. Sin embargo, no puedo dejar de crear mis propios videoclips como complemento a mis canciones.
Durante este tiempo he aprendido mucho de diseño videográfico, y de producción musical, ya que hago las grabaciones, las mezclas y los videos yo misma. Soy consciente de mis limitaciones, pero la experiencia de estos años al compartir lo que hago, aunque no sea de una calidad profesional, son tan gratificantes, que animo a todas las personas que tengan inquietudes musicales a que lo intenten. A mí, me ha dado (me sigue dando) la vida.
SOBRE EL PROCESO CREATIVO
Siempre tengo música en la cabeza, especialmente cuando conduzco, cuando me tengo que tragar una cola exasperante y necesito hacer algo mientras espero avanzar. En esos momentos se me ocurren muchas ideas musicales: acordes, letras y sí, también imágenes, por eso tengo siempre el móvil a mano y las notas de voz repletas de trozos de canciones.
“¿Qué hay?” Surgió así, con solo el coro y la idea de un reencuentro con un amor de la adolescencia que duró veinte años. Una historia de crecimiento conjunto, pero también de una ruptura inevitable. Sin embargo, no quería hacer algo demasiado nostálgico, que lo es, sino de reconciliación con el pasado y una celebración optimista del paso del tiempo y, lógicamente, de la vida. Decidí que fuera sencillo, frágil, que no tuviera mucha instrumentación como mis otros temas. Así que lo compuse con el piano y lo grabé en pistas distintas por fragmentos; luego lo acompañé con un pad suave y mi propia voz.
Como contrapunto, decidí hacer una animación de dibujos porque pensé que contrarrestaría bien con el tono nostálgico de la canción. Costó muchísimo hacerlo porque los movimientos son totalmente manuales, porque era la primera vez que lo hacía y porque no manejo el medio técnico como para automatizar nada, así que estuve 24/7 durante cinco meses para lograrlo. Así se gestó “¿Qué hay?”
LETRA DE “¿QUÉ HAY?”
Hoy te vi sentado en un café,
te reconocí por tu lunar,
me di cuenta de que sonreí
y pensé en entrar a saludar.
Pero no sabía qué decir,
más que un gastado “¿cómo estás?”
y aunque intenté llegar a ti,
me quedé parada en el umbral.
¿Qué hay de ti?
¿Qué hay de mí?
¿Qué fue de aquellos niños
jugando con cariño
en dejar atrás el suelo para alcanzar el cielo?
¿Qué hay de ti?
¿Qué hay de mí?
Ya supimos las respuestas
a todas nuestras apuestas,
ni ganamos ni perdimos
simplemente lo vivimos.
Miro tu perfil a contraluz
junto a mi reflejo en el cristal,
nuestros rostros con distinta piel
y de nuestros sueños ¿quién sabrá?
Siento mucho todo aquel dolor
por ser yo quien decidió el final,
pero nunca me arrepentí
y el pasado está mejor atrás.
¿Qué hay de ti?
¿Qué hay de mí?
Unidos tantos años
y ahora ser dos extraños
que cavaron un abismo por querer ser ellos mismos.
¿Qué hay de ti?
¿Qué hay de mí?
Y aquí mientras te miro
ahogo un suspiro
y cuando me soy cuenta ya me alejo de la puerta.
Dicen que mañana va a llover,
pero para mí ha llovido ya.
Me arrebujo en mi chal
y echo a andar.