Por: Redacción
Jaume Aragall es un orgullo barcelonés, Tenor y cantante de ópera que se encargó de dejar bien sentada su huella en España y el mundo.
Jaime nació en Barcelona, a finales de la década de los 30, en una Europa que estaba a punto de iniciar uno de los conflictos bélicos más grandes, la segunda guerra mundial.
Sin embargo, cuando ya el tenor se encaminada en la adolescencia y adultez joven, se dio en él un despertar por conocer más sobre la música y dedicar sus esfuerzos a descubrir su potencial, por lo que inició sus estudios en Barcelona, siendo Jaime Puig su maestro y quien le guio en sus primeros pasos.
Estudios musicales de Jaume Aragall
Aragall no provenía de una familia de recursos, por lo que toda la formación que recibió de Puig fue sin honorarios, es decir, el maestro lo hizo por amor al arte y por ayudarle a Jaume a desarrollar su potencial.
Podemos decir que Puig fue casi un ángel guardián que le encaminó a poder obtener una beca oficial que permitió a Jaime irse a estudiar a Milán con otro reconocido maestro, Vladimiro Badiali, de quien también recibió información valiosa que asimiló muy rápidamente, al punto que medio año después ya estaba inscribiéndose en el Concurso Voci Verdi, el que ganó con amplio reconocimiento hacia su talento.
Inicio de una prolífica carrera de éxitos
Para fortuna del Tenor, luego de ganar el concurso Voci Verdi, ese mismo año hizo su debut en La Scala, como el héroe en la obra L’amico Fritz, de Mascagni. Una cosa llevó a la otra y tal como habíamos dicho, su talento le permitió ser considerado para un contrato de tres años en La Scala.
Consecuencia de esto, el tenor barcelonés tuvo la oportunidad de participar en varias obras y Rigoletto fue la primera ópera en la que se presentó en Verona, en el Covent Garden y en otros sitios como la Opera Metropolitana de Nueva York y en la Opera de San Francisco, en 1973, donde también participó en Esclarmonde, una producción de Massenet protagonizada por Joan Sutherland, que poco después fue transportada al Metropolitan en 1976
Aragall, un muchacho tímido que logró superar obstáculos
Algunos que le han conocido de forma cerca se han dado cuenta de que en ocasiones su timidez logró poner enorme presión psicológica en el cantante, generando enormes cantidades de ansiedad por temor a no cumplir con las expectativas de lo que se esperaba de él.
Siempre pensamos que los artistas, cantantes, actores o actrices que vemos en el escenario están hechos como de otro material diferente al nuestro, que no sufren de temores en el escenario, que todo en ellos es perfecto.
La realidad es que son seres humanos como cualquiera y en el caso de Jaime, ha tenido que enfrentar y superar elementos que iban en su detrimento, como los nervios escénicos y su tendencia a cantar un poco bajo de lo requerido.
Si bien sus dones no siempre se realizaban al máximo debido a la ansiedad persistente que lo perseguía, se escuchaba su encantador timbre y su fácil registro superior, excelente efecto en los roles líricos de su juventud y madurez.
Jaume Aragall, una leyenda viviente del mundo de la ópera
Jaume Aragall se ha destacado siempre por tener un timbre de voz muy apreciado por la audiencia e incluso por colegas, además de mantener una línea de canto muy elegante, que acompaña a un repertorio amplio de varios de los mejores compositores de música clásica.
Es venerado por el público en su natal Barcelona, en donde su fanaticada es comparada a la de otras estrellas internacionales.
A lo largo del camino, Aragall ha tenido altibajos, momentos buenos y no tan buenos, como cuando tomó la decisión de abandonar de forma temporal su carrera para regresar a España y estar cerca de su familia.
O cuando su deseo de cantar le hizo regresar de nuevo a los escenarios, renovado y con una mejor capacidad para manejar el estrés y algunas inseguridades le permitieron aceptar responsabilidad para la interpretación de nuevos papeles como el de Cavaradossi, Rodolfo, Gabriele Adorno (Simón Boccanegra), Don Carlo y Riccardo se convirtieron en elementos básicos junto con ciertos roles franceses de días anteriores, incluidos Werther, Faust y Des Grieux de Massenet.
Son estas situaciones, las que nos hacen ver que Aragall es realmente una persona con mucha fuerza interior, capaz de enfrentar y sobrepasar momentos de prueba.
Premios y reconocimientos importantes para Jaime Aragall
La lista es significativa y contiene los más importantes premios y reconocimientos que el Tenor ha recibido en ocasiones muy especiales, cuando participó en diferentes eventos a lo largo de toda su carrera musical.
- Medalla del Círculo de las Bellas Artes, de Madrid
- Medalla de Oro del Gran Teatre del Liceu
- Premio Nacional de Teatro 1971 –1972
- Título de Catalán Universal
- Medalla de Oro de la Ópera de San Francisco, otorgada en el 50 Aniversario del Teatro
- Estatua de Sant Jordi, otorgado por la Diputación de Barcelona
- Patrón Honorífico de la Fundación Orfeó Català – Palau de la Música Catalana
- Creu de Sant Jordi, otorgada por la Generalitat de Catalunya en 1984
- Título de Kammersänger, otorgado en 1989 por el Gobierno Austríaco
- Medalla de Oro de las Bellas Artes, otorgada por el Gobierno Español en 1992
- Medalla de Oro del Conservatori del Liceu
- Doctor Honoris Causa por la Universitat de Girona, 1996
- Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya, 1997
- Premio Relaciones Públicas 1997
- Llave de Barcelona, 1998
La vida de Jaime Aragall ha sido grande, llena de éxitos y es casi que una comprobación de que cuando se desea algo vehemente, se puede conseguir, con mucho sacrificio, disciplina y desarrollando el talento natural.
Aragall continúa contribuyendo hoy desde la Fundación Jaime Aragall, para ayudar a las nuevas generaciones a hacerse de un futuro promisorio.