Por: Redacción
Carlos Neto
Don Carlos, como era conocido entre los que le rodeaban en el ambiente artístico, fue un hombre tan polifacético, con muchos títulos que le definieron en vida, dentro de los que estuvo ser ventrílocuo.
Siendo muy joven se interesó por la ventriloquia por lo que se trasladó a la Ciudad de México en donde inició su labor en los Teatros de carpa o carpas (un tipo de teatro ambulante muy popular en México a inicios del siglo XX) alcanzando gran éxito al lado de figuras de la ventriloquia como Tony Pares y Paco Miller.
Su estilo de actuación y comicidad siempre fue elegante, alejado de las groserías y el doble sentido, por lo que tuvo amplia aceptación entre todos los públicos, aunque gracias a su inteligencia y vivacidad, no dejó de captar el ingenio que caracteriza al público mexicano, sin dejar pasar los aconteceres cotidianos de su entorno, por lo que su espectáculo siempre mantenía un toque de actualidad.
Edmundo Miller
Era conocido como Paco Miller y su muñeco Don Roque; fue uno de los ventrílocuos más reconocidos de la tierra azteca, aunque de hecho nació en Ecuador y luego se radicó en México, donde murió a la edad de 88 años.
En la década del 40 ya tenía una compañía de entretenimiento montada y sumó a su personal al talentoso Germán Valdés, a quien después bautizaría como Tin Tan.
En su carrera le adjudicaron varios adjetivos; por ejemplo, El hombre de las mil voces y siempre se le conoció como el inseparable amigo de Don Roque, su muñeco, con quien recorrió muchos escenarios en América Latina. Su talento natural para la actuación fue reconocido y le llevó a trabajar con el famoso y único, Walt Disney.
Se le recuerda de manera especial, por la participación en la cinta cinematográfica “La liga de las canciones”, filmada en 1941 que contó con las actuaciones de Mapy Cortés, Ramón Armengol, Marilú y La Panchita, entre otros.