Por: Isabel Villagar, profesora online de canto
En lo que respecta al aprendizaje musical hay varias opiniones sobre si un alumno debe grabarse o no.
Yo soy partidaria de grabar las clases y los ensayos por varias razones pero se han de tener en cuenta varias cosas a la hora de escuchar el resultado sonoro.
Una grabación nunca es un reflejo exacto de la voz debido a que los micrófonos no captan todos los armónicos que se producen en la naturaleza, es por eso que el sonido nos puede parecer enlatado.
La grabación es una herramienta de trabajo y a través de ella se pueden trabajar los siguientes aspectos:
- La afinación: las notas que se quedan un poco bajas, que se atacan altas o bajas, que pierden color y que muchas veces no se es consciente.
- La articulación: en la grabación podemos observar si el texto se entiende o no o en que pasajes se tienen lagunas.
- Aspectos musicales: entradas complicadas, pasajes de cambio de tempo.
- La memoria: escuchar un ensayo general es una gran ayuda para memorizar la obra.
La grabación ayuda y acelera el proceso de aprendizaje pero al principio es necesaria la guia del profesor que indique qué sensaciones se corresponden con una correcta emisión del sonido.
Poco a poco el alumno incrementará su bagaje de sensaciones que se corresponden con una correcta emisión.
La grabación también es una herramienta para que el alumno sea cada vez más autónomo y tenga más criterio musical y técnico. El alumno puede valorar desde una posición más objetiva sus progresos y puede asociar las sensaciones que tiene a la hora de cantar con el resultado sonoro.
Es importante que la escucha de la grabación se realice en un entorno tranquilo e invite a la reflexión sobre aquellas indicaciones que se han hecho en la clase o en el ensayo.
Muchas veces, el alumno está tan pendiente de hacer lo que se le dice y de tratar de hacerlo bien que el mensaje parece otro cuando se escuchan las idicaciones en frío.