Respondiendo directamente: muchísimo dinero!!
He tenido la ocasión de asistir a varios eventos en los que la comunicación se convierte en el centro de atención. Son eventos en los que se comparten ideas, iniciativas, proyectos y experiencias, entre ellos citaré TEDxValencia y muchísimas jornadas de emprendedores.
Las personas cuentan sus vivencias, a qué se dedican, cuales son sus sueños, sus proyectos y sus objetivos de venta
ante un auditorio, aunque sea virtual, más o menos grande (de 50 a 500 personas) y no se dan
cuenta de que gran parte del mensaje se pierde por un desconocimiento de una sencilla regla.
- 20%: Es el mensaje, aquello que queremos comunicar, las ideas que queremos transmitir.
- 80%: Es la manera en la que utilizamos la voz.
O cómo la proyectamos, si articulamos bien las palabras y pronunciamos correctamente, si hablamos en un tono adecuado y tenemos una buena técnica vocal que nos permita no fatigarnos cuando hablamos. Es el lenguaje no verbal, la actitud corporal, cómo interaccionamos con el auditorio con la mirada, etc.
O cómo la proyectamos, si articulamos bien las palabras y pronunciamos correctamente, si hablamos en un tono adecuado y tenemos una buena técnica vocal que nos permita no fatigarnos cuando hablamos. Es el lenguaje no verbal, la actitud corporal, cómo interaccionamos con el auditorio con la mirada, etc.
Esto quiere decir cuando presentamos nuestras ideas o nuestros productos en un acto comunicativo si descuidamos aspectos como la apariencia, la actitud, la postura, la tonalidad de la voz, el control del miedo escénico y la relación con el auditorio, se estará arriesgando demasiado y es bastante probable que NO nos compren!
Siempre digo que lo que vamos a decir es importante pero los otros aspectos pueden, fácilmente, hacer fracasar a un comunicador u orador en su labor y sobre todo no lograr sus objetivos.
Citaré aquellos aspectos que he observado que con un cierto entrenamiento pueden desterrar riesgos a la hora de hablar en público y permitir al orador dejar huella en el auditorio:
- Ritmo inadecuado a la hora de hablar.
- Desconocimiento del poder de los silencios.
- Dicción deficiente.
- Tensión mandibular.
- Desconocimiento del patrón muscular de respiración básico.
- Falta de proyección de la voz para evitar gritar y fatigarse.
- Gallos y voz descontrolada.
- Falta de posición de emisión.
- Falta de regulación de la intensidad de la voz.
- Artificializar la voz buscando efectos poco naturales.
- Empleo excesivo de muletillas.
- Actitud en el escenario inadecuada.
- Postura corporal que dificulta la emisión
- Falta de expresividad verbal, emoción y compromiso.
- Adaptación inadecuada al tiempo que se tiene para presentar las ideas.
- Desconocimiento de la materia que se presenta.
- Exceso de conceptos en relación al tiempo o al tipo de auditorio.
- Falta de comunicación con el público e interpretación del grado de implicación del mismo.
- Falta de conocimiento de la higiene vocal básica.
- Carencia de un ritual propio y personal para controlar el miedo escénico.
A todas aquellas personas que deben enfrentarse a un auditorio les diré que tienen que afrontar esa situación con valentía, responsabilidad y sabiendo lo mucho que se juegan en términos económicos si no logran transmitir sus ideas, sus sueños, sus productos, etc.
Desde mi punto de vista y basándome en las personas con las que he trabajado, creo que es fundamental, y más que esencial, tomarse el interés de:
- adquirir un buen fundamento,
- conocer la técnica y la higiene vocal,
- trabajar el miedo escénico,
- la manera de articular,
- de respirar,
- de proyectar la voz, etc.
- y solventar las dificultades de cada caso particular de la mano
- de un profesional de la voz.
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