Eliminando la tensión desaparecerá el escozor. Se insistirá en:
- Ejercicios de cuello (eutónicos).
- Técnicas de relajación.
- Práctica de los ejercicios respiratorios.
- Ejercitación cotidiana de la musculatura que interviene en la fonación.
- Impostación de la voz (colocación del sonido producido en la laringe en los órganos de resonancia).
- Bostezar para relajar la garganta.
- Mantener una postura corporal adecuada (buen apoyo de los pies en el suelo, incluso en sedestación, con la espalda recta, y hombros y tórax abiertos para impedir que la espalda se encorve).
- Evitar el sedentarismo.
- Desviar la tensión y la atención a otra zona muscular del cuerpo, por ejemplo apretando voluntariamente los glúteos o poniendo especial atención en cómo apoya la totalidad de la planta del pie en el suelo.
Si
sentimos cansancio después de hablar se procurará:
- No forzar la voz.
- Reposo vocal relativo.
- Respetar las pausas entre las frases.
- Acudir al especialista si es reiterado e injustificado, sobre todo ante una ronquera mayor de 10 días.
- Evitar el carraspeo.
- No hacer uso de la voz cuchicheada.
- Regular la alimentación antes del esfuerzo vocal.
- Utilizar otros sonidos o ruidos para llamar la atención o poner orden en una clase alborotada.
- Calentar la voz adecuadamente antes de utilizarla.
- Beber mucho líquido.
- Ante una afonía se puede optar por hacer gárgaras con bicarbonato o sal.
- Remedios caseros: infusiones y vahos con una mezcla de cuatro hierbas: romero, tomillo, espliego y diente de león; o si se prefiere, con manzanilla y erísimo (también llamada hierba del Cantor), de forma aislada o conjunta.
- Toma de propóleo (efecto antiséptico y antibiótico).Mercedes Jorge es Doctora cum laude en Medicina y soprano, miembro del equipo profesional Vocal Center