Por Isabel Villagar, profesora de canto
En el trabajo de la técnica vocal se llama vocalizar a realizar ejercicios que nos ayudan a descubrir las posibilidades y potencialidades de nuestra voz.
Lo más importante no es hacer muchos sino hacer los adecuados en cada momento con la suficiente consciencia y la supervisión del profesor/a para mejorar.
Importa más el cómo se hacen y la secuencia en que se hacen que la cantidad en sí, o las notas más agudas o graves a las que se llegue.
Tiene que ser un hacer guiado externamente y muy bien graduado porque si carecemos del oído profesional externo que te guíe en las sensaciones que son adecuadas es posible que nos cueste mucho más desarrollar nuestra voz e incluso adquiramos hábitos vocales muy nocivos.
Aconsejo que se huya de aquellos profesores/as que no corrigen en las clases las vocalizaciones y simplemente las hacen como si de "hacer chorizos" o "meros calentamientos sin conciencia" se tratase.
Hacer siempre los mismos ejercicios a todos los alumnos/as implica no adaptarse a las peculiaridades vocales de cada alumno puesto que, a lo mejor, a un alumno concreto le cuesta más vocalizar con la a que con la i, por ejemplo o a otro hacer notas seguidas en lugar de arpegios.
Deberemos tratar siempre individualizadamente al alumno y que se sienta en todo momento de manera cómoda vocalmente hablando, confortable.
La voz se desarrolla siempre en un ambiente de tranquilidad, seguridad y confianza y para eso el alumno debe percibir y sentir que en cada clase avanza siempre algo sin forzar su instrumento!
En el trabajo de la técnica vocal se llama vocalizar a realizar ejercicios que nos ayudan a descubrir las posibilidades y potencialidades de nuestra voz.
Lo más importante no es hacer muchos sino hacer los adecuados en cada momento con la suficiente consciencia y la supervisión del profesor/a para mejorar.
Importa más el cómo se hacen y la secuencia en que se hacen que la cantidad en sí, o las notas más agudas o graves a las que se llegue.
No es un hacer por hacer.
Tiene que ser un hacer guiado externamente y muy bien graduado porque si carecemos del oído profesional externo que te guíe en las sensaciones que son adecuadas es posible que nos cueste mucho más desarrollar nuestra voz e incluso adquiramos hábitos vocales muy nocivos.
Aconsejo que se huya de aquellos profesores/as que no corrigen en las clases las vocalizaciones y simplemente las hacen como si de "hacer chorizos" o "meros calentamientos sin conciencia" se tratase.
Hacer siempre los mismos ejercicios a todos los alumnos/as implica no adaptarse a las peculiaridades vocales de cada alumno puesto que, a lo mejor, a un alumno concreto le cuesta más vocalizar con la a que con la i, por ejemplo o a otro hacer notas seguidas en lugar de arpegios.
Deberemos tratar siempre individualizadamente al alumno y que se sienta en todo momento de manera cómoda vocalmente hablando, confortable.
La voz se desarrolla siempre en un ambiente de tranquilidad, seguridad y confianza y para eso el alumno debe percibir y sentir que en cada clase avanza siempre algo sin forzar su instrumento!
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© Isabel Villagar, profesora de canto