Hoy tenemos el placer de conversar con Javier López Pineda, fisioterapeuta especializado en las lesiones de los músicos. Seguro que sus reflexiones son reveladoras para muchos de vosotr@s.
Javier, estás especializado en fisioterapia para músicos. ¿Qué puede aportar la fisioterapia a los procesos de aprendizaje?
El fisioterapeuta es el especialista en el análisis del movimiento. Los fisioterapeutas tenemos herramientas para evaluar la postura y el movimiento del músico. Yo concretamente utilizo sistemas de evaluación biomecánica como la electromiografía de superficie, la electrogoniometría, grabación en video sincronizado y otros sistemas para valorar la actividad muscular, la posición, los ángulos, etc., que permitan detectar, junto con la exploración física, algún déficit que podamos luego trabajar para disminuir dolor y/o mejorar el rendimiento.
Ponnos un ejemplo por favor.
Recuerdo a un trompetista de jazz de 30 años de profesión que acudió recientemente a nuestra clínica por dolor en el codo, antebrazo y mano izquierda al tocar desde el inicio. Tras dos sesiones de fisioterapia, utilizando biofeedback con electromiografía de superficie para evaluar la actividad muscular de los músculos flexores y extensores de la mano izquierda, encontramos una posición en la que la actividad muscular era menor en los extensores, disminuyendo el dolor y permitiendo además un apoyo ligero de la trompeta en la eminencia tenar. Una posición que el trompetista nunca había imaginado que pudiera ofrecerle todos esos beneficios, afirmando al final de la sesión: “Ahora ya sé lo que me pasa y cómo puedo trabajarlo”.
Este es un ejemplo de otros muchos en los que el músico, a pesar de los años que pueda llevar tocando, descubre algo nuevo; descubre cómo funciona su cuerpo y cómo puede conseguir que sea más eficiente. En definitiva, esta evaluación biomecánica instrumentada permite un desarrollo del esquema corporal y mejora del control motor hacia lo que viene a llamarse un movimiento económico, eficiente y que minimice los riesgos a los que se expone el músico a través de la práctica musical.
¿Cuáles son esos riesgos que mencionas?
La literatura científica ha identificado una serie de factores físicos-biomecánicos como la postura estática, el sostenimiento de una carga y los movimientos repetitivos, así como también factores psicosociales como la satisfacción en el puesto de trabajo, la autoexigencia, el afrontamiento frente el dolor, etc., que interactúan hasta favorecer o no un dolor o problema de salud. Siempre digo que, como fisioterapeutas, tenemos la obligación, y tenemos herramientas para ello, de identificar todos esos factores para poder establecer una intervención personalizada.
En cuanto a ese afrontamiento frente al dolor, ¿a qué te refieres exactamente?
Bien, hay personas que tienen un perfil catastrofista frente al problema o bien tienen miedo al movimiento, ansiedad ante el dolor, etc. Son actitudes que tienen que ver con su esfera psicoemocional. Esta misma semana, una pianista me consultaba un dolor en el antebrazo y mano derecha. Tras la primera entrevista, consideré la necesidad de pasarle varios cuestionarios para valorar estos aspectos, previamente a la propia exploración física.
Y efectivamente, las puntuaciones de catastrofización y miedo a moverse fueron altas. Si esto no se tiene en cuenta y sólo va a que le den masaje, punción seca u otra técnica, el problema volverá, como ya le estaba pasando después de ir a varios especialistas (dos traumatólogos y cuatro fisioterapetuas) durante dos años sin éxito.
¿Influyen, por tanto, las emociones en el cuerpo y la interpretación?
Por supuesto que sí. Es más, emociones y cuerpo son lo mismo. Yo no entiendo uno sin el otro. Sólo debemos atender a llamarlos de distinta manera para entendernos y clasificar ciertos fenómenos. Cuando recibo a un músico, personalmente estoy viendo a una persona con toda su expresividad; no me limito a ver el tendón que está inflamado o el músculo que le duele. Estoy viendo en todo momento a una persona con toda su complejidad que incluye las emociones por supuesto.
Y sabemos que las emociones pueden llevar a lo más alto a un artista, así como acabar con su carrera si no las gestiona de manera correcta. Una observación, antes he mencionado el esquema corporal y el control del movimiento. Pues bien, un trabajo corporal que lleve precisamente al conocimiento de cómo está y cómo funciona su cuerpo, tiene también un efecto a nivel emocional como he podido comprobar en músicos que tras meses o incluso años de trabajo en este sentido han conseguido desarrollar un afrontamiento adaptativo y favorable, reduciendo emociones negativas y ansiedad percibida, repercutiendo favorablemente en la calidad interpretativa.
Las lesiones de los músicos se viven como un estigma. ¿Cómo es el proceso de acompañar en la curación de una lesión muscular?
Difícil y largo en algunos casos, pero estimulantes y gratificantes en casi todos. He visto de todo y lo que no ha cambiado aún lo suficiente es precisamente esa ocultación del problema. Los músicos siguen sin hablar abiertamente de sus problemas de salud. Esto está ya empezando a cambiar, pero todavía hoy día que un músico diga que tiene una lesión que le impide tocar es como reconocer que no lo ha hecho bien o no vale para seguir tocando.
Es cuestión de educación. En consulta siempre hablamos de esto. En el caso de los estudiantes, intento involucrar a su entorno (padres y madres, y profesorado) y les animo a que hablen de su lesión con compañeros y profesores para tratar, entre todos, normalizar este tipo de comentarios que son una realidad.
Muy interesante, Javier. Estamos llegando al final de la entrevista. ¿Te gustaría añadir algo más?
Pues aprovechar para incidir en la necesidad de que se hable en los pasillos de los conservatorios de las lesiones de los músicos; que desde la fisioterapia podemos aportar mucho a la mejora del rendimiento en la interpretación musical; que desde la Biomecánica de las Artes, podemos realizar evaluación biomecánica instrumentada que aporta esa objetividad que el músico y profesor o profesora necesita para poder ayudar a un alumno o alumna con una dificultad técnica o lesión; que es necesario que entre todos apoyemos iniciativas donde fisioterapeutas, psicólogos y médicos especializados en artes escénicas dispongamos de un espacio en un encuentro para hablar de nuestras experiencias con los músicos y sigamos haciendo especialidad; y, finalmente, por lo que a mí respecta, y a ello le dedico parte de mi esfuerzo, que sigamos luchando para que algún día el fisioterapeuta esté dentro del conservatorio y esta especialidad, la Fisioterapia de la Música, se imparta en las universidades españolas.
Gracias, Isabel por la entrevista y divulgar el papel del fisioterapeuta en el aprendizaje y práctica musical.
Gracias a ti, Javier, por compartir tus ideas con la comunidad. Os dejo sus webs:
