Hoy comentamos una obra muy interesante. Se trata de la publicación de Francisco Mora "Los laberintos del placer en el cerebro humano".
En este libro de Francisco Mora se hace un repaso exhaustivo del funcionamiento del sistema límbico de los mamíferos, entre ellos el ser humano y de los sistemas de placer y recompensa.
Es algo impreso en nuestra evolución que nos ha llevado a comportarnos y a ser quienes somos.
Los mamíferos, en general, y el ser humano, en particular, necesitamos de un buen funcionamientos de estos circuitos neuronales para nuestra supervivencia.
Pero ya no solo para ella sino también para dar a la especie la diversidad necesaria que la perpetúe en el tiempo.
Especialmente interesante es el capítulo quinto en el que habla de los mecanismos que generan placer ante la belleza estética, ya sea, visual o sonora, literaria, arquitectónica, etcétera...
Neurociencia y abstracción
Citando al propio autor (pág. 104):
"¿Qué permitió al cerebro desarrollar esa capacidad de encontrar propiedades o relaciones comunes a muchas cosas y extraer un concepto, una idea, que hable de todas ellas como una sola?
La neurociencia comienza ahora a trenzar los hilos con los que se construye ese proceso de abstracción y a conocer las neuronas y los circuitos que lo realizan, llegando a la conclusión de que se trata de una propiedad inherente a las leyes de funcionamiento del propio cerebro.
Con la abstracción, el ser humano ha ahorrado tiempo en los procesos de aprendizaje y memoria, y en consecuencia, ha aumentado sus capacidades de supervivencia"
La música y el cerebro
La música es sin duda la manifestación artística más primitiva. Seguramente otorgó al ser humano placer mucho antes que la pintura, la arquitectura o la escultura, según este investigador.
Todas las culturas humanas conocen y producen música. Personas de cualquier lugar, edad, etapa de conocimiento musical... son capaces de disfrutar de ella.
Las preguntas esenciales son si la música es sólo un placer cultural o por qué el cerebro ha creado la música.
Los antropólogos han interpretado el canto coral como una ventaja evolutiva. Aquellas personas que cantan juntas "se les escucha bien y desde lejos".
Además, seguramente tuvieron más posibilidades de reproducirse que aquellos que cantaban en solidad.
Especialmente interesante me ha parecido el experimento narrado sobre el concierto para piano núm. 3 de Rachmaninoff en el que se analizaron a través de técnicas PET las sensaciones musculares a lo largo de la columna vertebral o escalofríos cuando lo escuchaban.
Se mostró que esta obra produjo un aumento de la actividad de diferentes partes del cerebro:
- el núcleo acumbens,
- el mesencéfalo,
- la amígdala,
- la corteza órbitofrontal,
- áreas del habla en el hemisferio izquierdo,
- amplias zonas de la corteza cerebral del hemisferio derecho,
y ante estas respuestas, Robert Zatorre, director del grupo de Neurobiología de la Universidad McGill de Canadá, manifestó:
"Hemos sido capaces de demostrar que la música activa circuitos neuronales de recompensa y emoción similares a aquellos que responden específicamente a estímulos que son biológicamente relevantes, tales como el alimento o el sexo o que son artificialmente activados por drogas como la cocaína.
Y me pregunto si no es extraordinario el que la música active estos mismos circuitos cuando ésta no parece estrictamente necesaria en el mundo biológico ni para la supervivencia individual ni la reproducción ni tampoco se trata de una sustancia química, como lo es una droga."
La importancia del canto y la música en la vida de las personas
Me parece maravilloso que la ciencia ponga de manifiesto algo que muchos de nosotros, pedagogos musicales y músicos, ya sabemos: el potencial de la música y el canto para construir de una manera integral al ser humano y de dotarle de un "cableado" saludable en cuanto a los sistemas de placer y recompensa y a su expresión emocional y conductual.
Ravel por su enfermedad por la que podía escuchar la música en su interior (audición o imaginación sonora interior) pero no podía escribirla, dejó inconclusa su obra "Juana de Arco" debido a que sus circuitos creativos estaban intactos pero no así aquéllos que le permitían cantarlos o concretarlos en lenguaje escrito.
Respecto a Freud, opino que fue un caso de no haber recibido estímulos suficientes positivos en su infancia, lo que le llevó a un rechazo de la experiencia musical.
Otro experimento sobre música a reseñar aquí es el referido a una colonia de chimpancés a los que se les puso música y aumentó el tiempo que dedicaban al descanso y a la interacción social, disminuyendo el tiempo de agresión.
El volumen aludido de Francisco Mora es de lectura fácil, didáctica y asequible y da a los docentes muchas pistas de cómo "alimentar" el cerebro de nuestros alumnos de manera saludable.
Sin duda merece la pena
tenerlo en la biblioteca.
Puedes conseguirlo a través del siguiente icono: