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En canto, tú eres el instrumento. Es sencillo, evidente y fundamental. Y es algo fundamental en la enseñanza del canto lírico, y que a veces olvidamos al aprender canto moderno, donde no hay siempre el mismo nivel de exigencia. Pero hasta para cantar Beyoncé o Queen, tú eres el instrumento y el dominio que tienes del mismo influenciará directamente tu calidad vocal y la intensidad de música que podrá fluir en tu voz.
Cuando tocas un instrumento, por ejemplo, el piano, 2 factores influyen: tu técnica y musicalidad cómo pianista y la calidad del piano que utilizas. A veces una melodía sencilla tocada con musicalidad y con un piano de cola precioso puede sonar mejor que una pieza brillante tocada con nervios en un piano de baja calidad y mal afinado.
2 ejemplos sencillos
Si miramos ese piano, todo el piano es el instrumento. Si tienes la suerte de tocar un piano de cola, hasta las patas son parte de ese piano y no sonará igual si quitas las patas de madera maciza para poner en su lugar patas de mesa de escritorio de metal. Lo mismo pasa con nosotros al cantar si nuestras piernas no están conectadas y no participan de la voz.
Si tomamos una guitarra acústica, ¡no puedes reducir la guitarra a sus cuerdas! Si le añades el mando, tampoco tienes un sonido de guitarra y necesitas todas las partes de esta guitarra para tener el sonido que esperas. La caja de resonancia es obviamente de lo más importante para que el sonido tenga potencia, riqueza armónica y redondez. Si tuvieses una guitarra con la tapa trasera y los aros laterales de hormigón, ¿cómo sonaría esa guitarra? Lo mismo pasa para nosotros si nuestra espalda no está integrada y no participa cuando cantas o hablas.
Relación entre calidad vocal y la reconquista de tu instrumento
Veamos 3 de los aspectos principales para explicarte la relación entre la calidad de tu sonido y las diferentes partes de tu cuerpo:
- Primero, cada parte de tu cuerpo corresponde a una nota: esto está contemplado desde hace 3.000 años por la medicina china, y corroborado en las últimas décadas por la sonoterapia o por profesores de canto cómo la soprano francesa Marie-Louise Aucher. ¿Qué implica esto? Es sencillo: si tu cuerpo está libre de tensión en esta nota, saldrá bien y si hay nudos de tensión y bloqueos, esa nota saldrá menos bien, o hasta muy mal. Hasta las notas que no necesitas cantar en una canción o en una aria son importantes, porque sus armónicos serán presentes en tu voz, aunque no las cantes directamente.
- El segundo enfoque es sencillo: cuando buscamos CÓMO APRENDER A CANTAR MEJOR , debemos considerarnos cómo un piano de cola: las cuerdas largas a la izquierda son los graves y las cuerdas más cortas a la derecha son los agudos. Y la longitud de la cuerda es la distancia entre tus cuerdas vocales y la parte del cuerpo que consideras: si sólo cantas tirando de la garganta, tienes las cuerdas más cortas del piano. Tu voz carece allí de riqueza armónica y tiende a ser demasiado aguda, chillona y puede llegar a sonar metálica en el peor caso. Cuando tu tronco, tu espalda, tus brazos, manos, piernas y pies empiezan a responder y a vibrar cuando cantas, recuperas cuerdas más largas, por lo tanto, notas y armónicos graves.
- Para refinar esto, podemos recordar que el sonido de nuestra voz viene dado por cómo nuestra vibración atraviesa todo nuestro instrumento a nivel vertical, y luego cómo esta vibración se expande lateralmente hacia la piel y más allá de la piel lateralmente. Allí queda obvio que, si una parte de la espalda está contracturada, esa circulación de la voz y del sonido quedará afectada, y que si por ejemplo tenemos el estómago mal, la expansión lateral del sonido a ese nivel tampoco será armónica.
Qué ganas trabajando tu instrumento y cómo se hace
Los beneficios de trabajar tu instrumento además de tu técnica vocal son innumerables ya que ganas en muchos aspectos: riqueza armónica, potencia, musicalidad, agilidad, brillantez, dirección, más notas agudos y graves, estructura y coherencia de la voz y de cómo se mezclan los armónicos, placer al cantar, sin hablar de encuentros muy bonitos ya que por ese camino encuentras tu sonido fundamental, el que te define vocalmente.
En las CLASES DE CANTO , que proponemos, el trabajo sobre tu instrumento ocupa una gran parte de las sesiones, ya que suele dar resultados muy grandes y rápidos, además de permitir que la técnica se incorpore mejor. Lo primero es restableces una base sólida, en el vientre o en el “hará”, para ser más preciso: allí radica tu energía vital, por lo tanto, tu energía vocal. Luego procuramos liberar con el sonido las tensiones que impiden que cada zona vibre, empezando por el pecho, el plexo, bajando por las piernas hasta los pies. Cuando esto está ganado, solemos poder reabrir la espalda, la nuca y progresivamente el cráneo entero: su relajación es fundamental para la brillantez de tu voz.
Es un trabajo apasionante, cuyos resultados se mantienen en el tiempo y permiten aplicar la técnica vocal con mucha más facilidad y calidad. Te invitamos a probarlo: tu voz crecerá en muchos aspectos y tu placer al cantar será mucho mayor. El cansancio vocal bajará en picado y alcanzarás notas graves y agudas nuevas con mayor facilidad.
Y el instrumento eres tú, así que si te responde mejor para cantar y hablar, también te responderá mejor en todo lo que haces: con el trabajo de tu instrumento, ¡mejoras tu voz y vives de manera más plena!
Por Olivier Charlot, profesor de canto en Voz Viva
