Por: Isabel Villagar, profesora online de canto
El pedagogo Greene (2014) estableció la siguiente clasificación que será de gran ayuda porque permitirá a los docentes enfocar el trabajo y secuencia los objetivos musicales y vocales a desarrollar:
1. Niños dotados y talentosos que pueden haber tenido una formación previa pero las experiencias musicales vividas les llevaron a forzar y manipular su voz con el fin de crear un sonido que no les era propio para imitar voces adultas o una determinada manera de cantar. Es decir, niños con un adecuado desarrollo musical pero un incorrecto gesto vocal.
El objetivo principal será corregir el gesto vocal para producir un sonido adecuado a su desarrollo y potenciar sus habilidades musicales.
2. Niños no desarrollados vocalmente con un fuerte sentido interno de la musicalidad. A menudo son niños/as que estudian otro instrumento musical o que cantan espontáneamente, pero su voz cantada no está suficientemente desarrollada.
El objetivo principal será dotar de un buen gesto vocal adecuado a su desarrollo vocal y potenciar sus capacidades musicales.
3. Niños que todavía no han desarrollado su voz para cantar y a los que les gustaría aprender a cantar con el fin de participar en un coro o musical.
El objetivo será doble, dotarles del gesto vocal necesario para establecer su voz cantada y ayudarles a desarrollar las capacidades musicales.
4. Niños que no cantan y que quieren aprender a cantar por diversión.
El objetivo principal será ayudar a descubrir los sonidos de su voz y dotarles de un gesto vocal adecuado.
En resumen se podría decir que nos encontramos niños con y sin formación musical y niños con y sin un instrumento vocal desarrollado de manera adecuada.
Las implicaciones didácticas que se derivan de esta clasificación son numerosas y tienen que ver con las prioridades a la hora de trabajar vocal y musicalmente.
Esta clasificación será de gran utilidad para adaptarse a las necesidades de los alumnos y plantear una secuencia lógica de actividades.
En el caso de los profesores de canto que trabajan con niños de manera individual, además de esta clasificación, deberán plantearse cuál es el objetivo de las clases de canto, al margen de las consideraciones evolutivas de los alumnos, y entender que existen diferentes perfiles de alumnos que tendrán unas necesidades concretas para las que deberán diseñar un enfoque particular en las sesiones de trabajo individual.
En el artículo Teaching children to sing (NATS, 2003) se definen tres tipos de alumnos que pueden demandar clases de canto individual.
No es lo mismo que un niño quiera cantar por diversión que quiera participar en experiencias musicales profesionales o semi-profesionales (óperas, musicales, etc.).
En dicho artículo se establecen las siguientes categorías:
- Categoría uno: incluye a los niños para los que el canto no es más que una actividad a los que están expuestos, junto con otras disciplinas como matemáticas, ciencias, historia, lenguaje, educación física, el arte, la danza, etc.
Para ellos, el canto es una manera más de construir su autoconcepto y una experiencia basada en la alegría y en el disfrute que se produce al cantar. Es el caso de los niños que cantan en el hogar, la escuela y los lugares de culto.
- Categoría dos: incluye a los niños para los que el canto es una actividad recreativa que desean seguir más intensamente. Estos niños pueden expresar su interés en clases de canto privadas para mejorar su gesto vocal y aprender un determinado repertorio.
Los lugares donde desarrollan el canto incluyen los coros y las oportunidades individuales de cantar en las escuelas, eventos deportivos y lugares de culto.
- Categoría tres: incluye a los niños para los que el canto es una actividad profesional o semi-profesional que requiere un buen gesto vocal y una preparación acorde a las exigencias musicales.
Las consecuencias pedagógicas de esta clasificación radican en que el docente debe realizar un diseño individualizado de la acción formativa en función de las necesidades del alumnado.
Es posible que para un alumno que asista a clases de canto sin un objetivo profesional con media de hora de clase de canto semanal se realice un aprendizaje significativo pero esta supervisión será insuficiente para aquellos que se propongan participar en producciones, jingles, etc.
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