Música y emociones

 Por: Redacción


La música es timón y mástil en el mar de las emociones.


¿¡Quién no tiene recuerdos memorables de momentos que cobraron vida en torno a una canción!?


Cuando diste tu primer beso, cuando conociste a alguien especial, cuando celebraste el nacimiento de tu primer hijo o cuando ese ser querido que nos dio la vida ha partido y le recordamos cada vez que escuchamos su canción favorita...


La música ha existido desde siempre en la humanidad. Se dice que existen algunas sociedades sin dialecto, pero ninguna sin música. Y es que el sonido rítmico está presente en celebraciones y rituales alrededor del mundo, desde el inigualable sonido del shofar, la gaita en las planicies escocesas, hasta los tambores que resuenan en los rituales paganos de los chamanes en el interior de Australia, que intentan conectarse con sus dioses ancestrales, todo es sonido y música.


Tipos de sonidos y sus efectos


Así como existe una relación directa entre la modulación del tono de voz que usamos al hablar y la reacción que se genera en las personas, de igual forma se generan reacciones en los seres humanos según el tipo de música que escuchan.


Podemos, por ejemplo, dar una instrucción a dos personas utilizando modulaciones de voz distintas y las percepciones serán diferentes. La música provoca emociones y puede activar diferentes estructuras en el cerebro.


Los tonos graves en una canción pueden hacernos sentir algún tipo de melancolía o un estado reflexivo, mientras que tonos más vibrantes o agudos, transmiten energía o generan estados de alerta.


En la naturaleza podemos ver, por ejemplo, como los chimpancés, en un acto prosocial, dan voz de alerta utilizando tonos agudos para transmitir urgencia, alerta o precaución a sus similares de algún peligro inminente.


La música, percutor o potenciador de emociones


La música despierta emociones y utiliza el sentido auditivo para hacer llegar la información al cerebro que se encarga de decodificarla para transmitir un mensaje, una respuesta emocional al estímulo recibido. 


Un atardecer nos puede transmitir una sensación de tranquilidad y paz, pero si lo acompañamos con música emocional instrumental podemos maximizar la experiencia inyectando más estímulo para el cerebro que une ambos estímulos el visual y el auditivo.


Desde el que se encuentra en estado fetal, en el vientre de su madre, un ser humano es capaz de identificar su voz y reaccionar de forma positiva ante sus cánticos o algún tipo de música relajante emocional.


De igual manera, todo aquello que no es música para generar emociones positivas, puede aumentar el grado de agresividad a nivel cognitivo, afectivo y comportamental, generando reacciones negativas o antisociales.


De ahí, que muchos terapeutas que utilizan la música para sanar emociones negativas recomiendan a sus pacientes que escuchen música motivadora emocional para que con el pasar del tiempo puedan tener más control sobre sus emociones, gracias al uso de este tipo de terapia musical.


La música en la vida diaria


La música forma parte de nuestras vidas, la escuchamos a diario de forma directa en la radio, a través de aplicaciones y se está normalizando cada vez más el escuchar música en la vía pública.



La música y el cine



La industria cinematográfica utiliza la música para representar emociones y crear diferentes estados de ánimo ante una determinada escena. Una mínima variación del tono de nota utilizado puede girar el ambiente en una escena o provocar un final diferente.


La música y la sociedad


La música despierta funciones sociales. Somos seres gregarios por naturaleza y este comportamiento ha hecho posible que nos hayamos adaptado y sobrevivido a través del tiempo.


Desde los inicios, formaba parte integral de las sociedades, porque la música es un catalizador de la cohesión social para compartir, confiar y entender a otros seres humanos.


En la sociedad moderna, la música sigue siendo un elemento que ayuda a agrupar personas en entornos sociales con preferencias similares.


La música, motivadora emocional


Por otro lado, en el ámbito laboral y educativo, el rol que la música juega es fundamental.


La puesta en práctica de tendencias de armonización acústica de espacios laborales, cafés, restaurantes, hoteles y otros sitios, contribuye al despertar de los sentidos, a la elevación de vibraciones positivas para tener una mente más funcional, menos distraída y más productiva.


La educación es otro ejemplo de cómo usar la música a favor de quienes están en búsqueda de incrementar su nivel educativo. En las escuelas se ha detectado que la música ayuda mucho al proceso de comunicación con niños autistas, lo que puede en ocasiones ser algo complicado, ya que los niños autistas sienten mucha atracción por la música y son muy dados a trabajar en colaboración para la creación de canciones.


Música para curación emocional


También se conoce que la música incrementa la actividad de las neuronas espejo en el cerebro, que nos hacen sentir identificados con altos niveles de energía cuando hacemos terapia de grupo o asistimos a un concierto, impregnándonos de la vibra alrededor de la interpretación de las canciones.



Por otra parte, estudios han revelado que la música tiene un fuerte poder sanador. El cantar a enfermos sus canciones favoritas o darles la oportunidad de escucharlas en algún dispositivo, levanta su ánimo y contribuye a la pronta recuperación de sus dolencias.


Música para los sentidos


Hace cierto tiempo se popularizó el concepto conocido como “El efecto Mozart”, que teorizaba sobre la influencia de la música clásica en la mente de los niños (en particular la sonata K448 a dos pianos de Mozart), contribuyendo a su desarrollo mental y su nivel de aprendizaje.


Al tiempo, a pesar de ganar más popularidad con la escritura del libro “The Mozart Effect” por Don Campbell, no se logró comprobar a cabalidad su influencia en el desarrollo intelectual de los menores.


Sin embargo, con posteriores estudios, se logró comprobar que escuchar música influye en áreas del cerebro relacionadas con la reducción de estrés y estados de ánimo depresivos, provocando mayor liberación de dopamina, ayuda a combatir síntomas de la demencia, esquizofrenia e incluso riesgos de posibles complicaciones cardiovasculares.


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En ningún caso el conocimiento ha hecho daño a nadie, es más, considero que lo que muchos cantantes llaman estilo propio o personalidad vocal no es más que aquello en lo que se sienten cómodos y que no están dispuestos a cambiar y sinceramente, esto limita las posibilidades de desarrollo artístico.



Aprender canto debe ser algo progresivo, ilusionante, sano, provechoso y... ¡real! Tiene que haber avances, en tres meses deberías notarlos, y grandes, y en caso contrario plantéate qué puede estar sucediendo.

Experiencia +20 años, +10 en Clases Online de Canto y Voz*Técnica Vocal*Todos los niveles y estilos

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COACH VOCAL de referencia internacional. Titulada oficial Superior en Pedagogía del Canto con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera por unanimidad. Titulada en Canto, Piano e Ingeniería. Académica de las Artes Escénicas de España. Ha sido Profesora Máster online Pedagogía de la Voz Universidad Europea Miguel de Cervantes-SLKE (2018-2021). Dir. Vocal Center. Full Member National Assoc. Teachers Singing (EE.UU.). Miembro European Voice Teacher Association. Deleg. Asoc. Española de Profesores de Canto. Dir. Asoc. de Músicos Profesionales de España-CV. Experta en Técnica Vocal. Especializada además en voces infantiles y juveniles. Autora de las exitosas publicaciones: Claves de la Voz y el Canto, Guía Práctica para Cantar (núm. 1 ventas Amazon), Guía Práctica para Cantar en un Coro, La Voz sí que Importa, Cómo enseñar a Cantar a Niños y Adolescentes. Asesora vocal y Directora musical TV. Prepara asiduamente a participantes de concursos de televisión. 0034 651315263 "¡Cantad felices!"

de la creatividad al piano

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