Por: Isabel Villagar, profesora de canto
Comento hoy un libro imprescindible con lo mejor del repertorio jazzístico.
Realmente, cuando se compone y se publica una canción no se sabe si formará parte de ese corpus antológico que hace que los músicos interpreten y re-interpreten y jueguen con las canciones una y otra vez, impregnándolas siempre de su sello personal, y precisamente esa es la ingente labor que ha realizado para Turner el profesor Gioia, que también es compositor, crítico, historiador, pianista y productor musical.
En este libro hallarás desarrolladas desde las más conocidas:
-All of me
-Autumn leaves
-Blue moon
-Desafinado
-Embraceable you
-Fly me to the moon
-Georgia on my mind
-Garota de Ipanema
-I got Rhythm
-Love for sale
-Mack the Knife
-My favorite things
-Night and day
-Over the rainbow
-Smile
-Some day my prince will come
-Stormy weather
-Summertime
-Take Five
y muchas más célebres… hasta las menos conocidas por el público no experto en el lenguaje musical jazzístico.
Su propósito, en las propias palabras del autor, es diáfano:
“De haber escrito un libro sobre mis canciones de jazz favoritas o de los compositores de jazz que más admiro, la lista de temas destacados habría sido un tanto distinta; pero esta tarea la dejo para otra ocasión. El temario del jazz no es tan fluido hoy como lo era en otros tiempos, y el mismo proceso de codificación que cristalizó en obras como The Real Book también ha dificultado que se incorporen piezas nuevas al repertorio. Asimismo, aunque un puñado de artistas de jazz ha intentado abogar por un material más reciente -composiciones de Radiohead, Björk, Pat Metheny, Kurt Cobain, Maria Schneider, etc.-, estas canciones aún no tienen suficiente tirón en el mundillo del jazz para justificar su inclusión en este libro”.
Considero muy interesante para estudiantes de jazz y profesores de canto este recopilatorio, (el “temario”, como suele calificarlo), extenso y detallado, para consultarlo asiduamente, proponer audición de diferentes versiones de una misma canción, la escucha activa de las mismas y la profundización en el estilo, tamizado por la óptica crítica experimentada de su autor.
También es una herramienta potente para descubrir o redescubrir standards de jazz menos habituales y poder confeccionar programas de concierto con una mayor personalidad en la que no se caigan siempre en el “tópico” de “lo más conocido”, puesto que 250 temas podría dar para para hasta una treintena de conciertos de temas diferentes, y todos ellos míticos.
Para los docentes de canto, disponer de un listado preciso y precioso de temas con sus respectivas versiones puede ser una herramienta didáctica muy potente para estudiar efectos y recursos vocales que emplean los grandes a la hora de interpretar estos standards. Un análisis técnico de las grabaciones permitirá un abordaje didáctico más directo a la hora de afrontar este bello y particular repertorio.
Además, una de las prácticas que aconsejo a la hora de realizar ejercicios de calentamiento personalizados es tomar el motivo principal de una canción determinada y hacer diferentes tipos de ejercicios técnicos que permitan una mejor interiorización del mismo.
Los profesores de canto debemos ser creativos a la hora de implementar la técnica en las canciones. En el libro se citan algunos ejemplos de cómo la técnica vocal respiratoria influía en estos cantantes. Como cuenta que Frank Sinatra “se entrenaba buceando largos enteros con el fin de poder cantar frases largas sin respirar, para esta canción (´S Wonderful de G. Gerswhin) le habría bastado una bañera de bebé”, al respecto de la duración de frases largas. Es una graciosa y útil aplicación fuera de la clase de canto (que algunos alumnos/as míos aplicados llevan a cabo en verano en sus piscinas y mejora su rendimiento respiratorio).
Del libro se extrae también una manera de funcionar de la industria musical. Son claras las interacciones entre el mundo del cine y las bandas de jazz, o la radio y la selección del repertorio, retroalimentaban los éxitos. Es decir, las canciones del cine, recreadas por las bandas y emitidas por la radio (cuando reinaba y era su “era”, más presente que la tv o internet, y tenía tal poder cual censurar determinadas letras (caso de “Love for sale”) potenciaban el éxito de la propia canción. Al mismo tiempo, la fama de ciertas películas en el cine (muchas hoy caídas en el más absoluto de los olvidos) en su momento retroalimentaba mutuamente el éxito de la canción. A veces se grababan las canciones antes de que se estrenaran las películas. Había canciones que posteriormente pasaban al repertorio de las bandas una vez estrenadas previamente en el cine.
En resumen El canon del Jazz de Ted Gioia, es una guía ideal para introducirse en el repertorio jazzístico.
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