Por: Isabel Villagar, Titulada Superior en Pedagogía del Canto
Reseño el reciente volumen de Isabelle Peretz editado en Ma Non Troppo (colección Taller de Música) de la editorial Redbook
Con el subtítulo de Cómo la música transforma nuestro cerebro,
Aprender Música es un libro interesantísimo por muchos motivos.
Su autora, Isabelle Peretz ha desarrollado su trabajo como titular de las cátedras de investigación Casavant (Universidad de Montreal) y la de neurocognición musical de Canadá). Se trata de una experta referente en esta materia, de obligado conocimiento sobre todo para quien desarrolle su labor en el campo del aprendizaje musical.
Hace un recorrido en el libro sobre las últimas investigaciones en el ámbito de la neurociencia aplicada en este ámbito. Incluye las referencias bibliográficas a las investigaciones al final de cada capítulo, hecho que se agradece para los interesados en la profundización.
En el libro también aclara ciertos mitos sobre el aprendizaje de la música y explica muy bien las vinculaciones entre diferentes disciplinas (matemáticas, lenguaje, danza, etc...) y la música.
Cómo la música transforma nuestro cerebro
Los efectos de la música en el cerebro se han comprobado a través de resonancia magnética y las respuestas que proporcionan en los circuitos de recompensa (dopamina) dan explicación a por qué la música genera tanto bienestar en las personas. En sus palabras:
"Con ello comprendemos mejor a través de qué mecanismos la música puede suscitar incrementos de placer (highs), que se describen como más intensos y alucinantes que los que provocan las drogas" (pág. 19)
Sobre el debate de si las aptitudes musicales son innatas o adquiridas deja claro:
"En realidad, el cerebro del recién nacido no posee únicamente la capacidad de responder a la música tonal occidental, y mucho menos a la música clásica. En efecto: el bebé nace con un cerebro que le permite absorber todas las músicas del mundo." (pág. 26)
...Sin que ello impida que el ambiente pueda mejorar las aptitudes en la infancia.
Aprender música, de pequeños y de mayores
El aprendizaje musical es una cuestión contextual y predictiva de estructuras sonoras y por ello:
"El niño de seis años, al igual que el adulto que no tiene la música como profesión, posee, pues, intuición en cuanto a la organización jerárquica de la altura y la duración, de modo que ´sabe´detectar una nota falsa o a contratiempo." (pág. 27)
Es importante resaltar que los beneficios de la música se producen de una manera más consistente cuando se interpreta que cuando se escucha. Los cambios en la estructura cerebral se producen tras la práctica constante y sistemática. Como dice Isabelle:
"la interpretación de la música conlleva una mejora del rendimiento intelectual en el niño. Así pues, no sólo hay que oír música, sino que hay que interpretarla, y hacerlo desde los seis meses." (pág. 32)
No sólo en el caso de los niños, también propugna el aprendizaje musical a cualquier edad, incluso a los 70, como cita textualmente, por ejemplo.
El aprendizaje del canto como potenciador de la inteligencia
Me ha llamado la atención el experimiento que se realizó:
"Las clases de teatro o la ausencia de extras, durante el mismo periodo, no arrojan el mismo resultado. Las conclusiones de este estudio, que adquirió una importancia decisiva en 2004, se muestran a continuación. Se han reproducido a la edad de cuatro años y a la edad de ocho años en Canadá y en Europa. Teniendo en cuenta que el reparto de alumnos en las distintas clases era aleatorio, el aumento en el CI queda claro que procede de las clases de música y no de la motivación de los padres, por ejemplo." (págs. 34-35)
En este estudio se muestra que se produjo un aumento del coeficiente intelectual mucho más significativo en los alumnos que estudiaban piano o canto que en aquellos que hacían sólo teatro o los del grupo control, que no hacían nada.
En esa investigación se muestran incrementos superiores en la práctica del canto que en la del piano, hecho que me lleva a reflexionar sobre la necesidad de que los niños / niñas canten regularmente y el efecto impresionante que tiene en el incremento del CI, grandes mejoras demostradas científicamente.
El canto, letra y música y canto colectivo
"El cerebro distingue entre letra y música. Las redes neuronales implicadas en la percepción del canto son amplias y movilizan los dos hemisferios cerebrales. Dado que dichas redes se solapan en el cerebro resulta difícil separarlas en neuroimaginería. En cambio, en caso de accidente vascular cerebral o de anomalía neurogenética pueden diferenciarse letra y música en el canto y dejar patente su autonomía." (págs. 89-90)
Este descubrimiento es de especial relevancia y justifica una práctica habitual en las clases de canto como es trabajar las canciones desvinculando la letra de la melodía y del ritmo. Este tipo de actividades mejoran la pericia a la hora de afinar y de medir, siendo necesario ese trabajo independiente para mejorar el canto en general.
"Algunos incluso creen que el canto coral es una gran caricia colectiva que libera endorfinas en el cerebro y reduce las hormonas del stress. Cuanto mayor es la coral, más placer proporciona y más refuerza el sentimiento de formar parte de algo." (pág. 90)
Aquí tenemos un claro ejemplo de que el canto colectivo no sólo es una actividad cultural sino también un claro protector social ante las adversidades cotidianas de la vida. Por ello es necesario valorar el mero acto de cantar de manera habitual en la vida de las personas para mejorar su bienestar físico, mental y emocional.
Canto: ideal para evaluar mejor la aptitud musical
Sobre los test o pruebas de evaluación de las aptitudes musicales promete un avance significativo cuando incluyan pruebas de canto analizado automáticamente, carencia que indica pronto será subsanada.
"El canto permite evaluar la melodía, el ritmo, las emociones e incluso la improvisación, por lo que representa una clara ventaja frente a los test de percepción y de memoria actualmente disponibles" (pág. 131)
Aprender Música de Isabelle Peretz: un libro imprescindible
Se trata de una referencia que resume muy bien el estado actual de las investigaciones sobre las neurociencias aplicadas al aprendizaje de la música.
Un volumen de fácil lectura, de comprensión sencilla, muy sucinto, muy ameno, con capítulos que se pueden leer independientemente unos de otros. Una joya divulgativa.
En opinión del autor de su prefacio, el Dr. Calderón-Garrido:
"Apasionante. En pequeño formato. Lleno de conocimiento. Lleno de música. Un libro escrito con la humildad propia del investigador que quiere comunicar de una forma ´llana´ el saber científico (...) Disfrútelo. Yo lo he hecho."
Y en palabras de France Cultura:
"Llama la atención en este libro de Peretz cómo destaca los últimos avances en neurociencia en el ámbito de la música."
