Por: Isabel Villagar, profesora de canto
Hoy reseño un libro de gran interés para los amantes de la biografía del excepcional tenor italiano
En primer lugar, quiero trasladar mi reconocimiento y sentido pésame a la comunidad lírica por el reciente fallecimiento del autor de esta publicación, Roger Alier, un gran erudito del campo vocal. Musicólogo, historiador de arte, profesor de la Universidad de Barcelona y crítico musical, su defunción ha tenido lugar a los 81 años de edad.
Estuvo siempre muy ligado al mundo de la ópera y fundó la revista “Ópera Actual”. Recientemente el Gran Teatro del Liceo le concedió su Medalla de Oro. Entre las numerosas publicaciones, todas ellas recomendables para estudiantes, aficionados y profesionales del mundo del canto lírico, nos ha dejado un gran corpus entre las se encuentra su Historia de la ópera, Una guía universal de la ópera, ¿Qué es esto de la ópera?, La Zarzuela, Sotto voce, Historias de la historia de la ópera, Diccionario de la ópera, etcétera…., y además se halla la que comento a continuación:
Luciano Pavarotti, la voz de oro del siglo XX
Es el título de la publicación de este gran crítico que comento. La gran ligazón que tenía Roger Alier con el mundo de la ópera al asistir a numerosísimas representaciones en diferentes países le ha llevado a conocer de primera mano historias y anécdotas de los grandes cantantes de su época. Entre ellos se hallaba en la cima el tenor de Módena, Luciano Pavarotti.
Este libro hace un repaso por la vida e hitos más destacados del tenor y su evolución en el tiempo. Es importante la lectura entre líneas que se hace de las biografías para comprender las decisiones que han llevado a los grandes cantantes a forjar su carrera. Sirva esto como consejo para aquellos que dan sus primeros pasos, aprender de los aciertos y de los errores de los demás puede ser de gran ayuda en el propio camino en cuanto a:
-participación en concursos,
-elección del repertorio,
-elección de los profesores,
-relación con los compañeros,
-oportunidad de conocer a los agentes y críticos musicales,
-etcétera…
Los inicios del tenor de Módena
Pavarotti, hijo de un panadero cantor con miedo escénico que no pisaba las tablas pero inundaba su entorno de música, vivió influenciado por un contexto enriquecido que le permitió descubrir el mundo de la ópera. Comenzó cantando en el coro de la Sociedad Gioacchino Rossini de su ciudad natal y fue en esta época cuando concibió la idea de dedicarse al canto.
Su primer maestro fue Arrigo Pola y más adelante Leone Maggiera se encargó de su formación vocal. Era compañero en la clase de Maggiera de la gran soprano Mirella Freni con la que forjaría una gran amistad. Su tercer profesor de canto fue Ettore Campogalliani, al que Maggiera “transfirió” tanto a él como a la Freni. Luciano y Mirella solían viajar juntos a Mantua para asistir a las clases de Campogalliani.
Su debut se produjo tras ganar un concurso en el que el premio era participar como profesional en una producción de la ópera pucciniana La Bohème. Su éxito internacional sobrevino tras sustituir a Giuseppe Di Stefano en el papel de Cavaradossi de la ópera Tosca del mismo autor en Londres en 1963, en el Covent Garden.
La oportunidad que puede suponer que te contraten como cover (sustituto) en un gran teatro por si las primeras figuras enfermasen le abrió las puertas de par en par. Lo mismo le sucedió a Caballé sustituyendo a Marilyn Horne en el Carnegie Hall de Nueva York en 1965.
La voz de tenor en la historia
Me gustaría destacar de esta publicación el repaso que hace Roger Alier por la evolución de la voz de tenor a lo largo de la historia o cómo el desarrollo de la técnica vocal fue configurando los diferentes roles a lo largo del tiempo.
Con el nacimiento de la ópera había una clara preferencia por parte del público y de los compositores de las voces femeninas y de los castrati. Las voces de los hombres en aquella época y hasta el siglo XVIII siempre tenían papeles secundarios o roles de autoridad (padres, monarcas, sacerdotes…).
A la sazón no se distinguían los roles de barítonos de los roles de los bajos. Eran todos “basso cantante”. Sin embargo la decadencia de los castrati y la evolución de la técnica vocal llevada a cabo por Gilbert Duprez, evolución en la que los tenores alcanzaban el do 4, llamado “do de pecho” con voz plena, permitió a los compositores otorgar roles de envergadura a los tenores. Fue Donizetti el que apostó por el protagonismo del tenor dentro de la historia operística y esto fue una tendencia que se fue imponiendo en toda la ópera romántica.
La voz de Pavarotti, fuerte, clara, expresiva queda retratada en una frase de Charles Pitt: “es simplemente una estrella. No son sólo los agudos que resultan fascinantes. La voz entera está tan firmemente centrada, los pianissimi son tan auténticos, que la tensión dramática vocal se genera de un modo natural. ¡Cualquiera que quiera evitar escucharlo es un masoquista operístico! No hay otro tenor hoy en día de su categoría” (escrito en 1983).
Cuando tenía 60 años recibió esta crítica de Alan Blyth: “En el estilo y el tono genuinamente italiano y el innato sentido de estilo que podemos esperar de él. En realidad es muy sorprendente hallarlo a sus sesenta años de edad con una voz casi no tocada por el tiempo y en absoluto por lo que a la prolongada respiración se refiere”.
Un repertorio fundamentado en la ópera italiana
Para aquellos que no conocen la generosa y extensa voz de Luciano Pavarotti recomendamos cualquiera de sus grabaciones, pero en esta publicación se halla al final una selección muy ordenada de sus grabaciones más destacadas de manera que aquellas que el crítico recomienda sobre estas están marcadas.
Ordenado por autores, destaca el interés de Pavarotti por el repertorio de:
-BELLINI: I Capuleti e i Montescci, Norma, I Puritani, La Sonnambula.
-DONIZETTI: Le elisir d’amore, La Favorita, La Hija del Regimiento, Lucia de Lammermoor, Maria Estuarda.
-PUCCINI: La Bohéme, Madama Butterfly, Manon Lescaut, Tosca, Turandot.
-VERDI: Aida, Un ballo in maschera, Don Carlo, Ernani, Luisa Miller, Macbeth, Otello, Rigoletto, La Traviata, Il Trovatore.
Verismo:
BOITO: Mefistofele.
GIORDANO: Andrea Chenier.
LEONCAVALLO: Pagliacci.
MASCAGNI: L’amico Fritz, Cavalleria Rusticana.
PONCELLI: Gioconda.
No frecuentaba el repertorio alemán y realizó muy poco repertorio en francés como se observa, es decir, desarrolló su carrera en torno a las óperas italianas. Hoy en día es demasiado arriesgado enfocar el repertorio de este modo, puesto que los grandes teatros buscan cantantes más versátiles y políglotas.
Dejamos al lector que bucee en las amenas páginas del libro “Luciano Pavarotti, la voz de oro del siglo XX” para conocer sus relaciones con otros grandes cantantes como Joan Sutherland, Montserrat Caballé, Mirella Freni, Christa Ludwidg, etcétera, así como los distintos e importantes directores de orquesta que conoció, como Karajan, Zefirelli, Bonynge (marido de Sutherland) o James Levine, entre muchísimos otros grandes de la batuta, así como sus distintos managers, los lugares donde cantó, etcétera.
Y al final hay un apéndice muy divertido sobre el proceso de comprar unas entradas del que no podemos desvelar su gracioso final.
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