Por: Redacción
En tiempos pasados la música solamente se hacía en estudios de grabación, por lo que los músicos debían tener suficiente dinero para pagar las horas de grabación; esto porque se buscaba la mejor calidad en el sonido y para grabar únicamente la melodía y la voz o voces de los cantantes. Actualmente, gracias a la tecnología se pueden hacer excelentes grabaciones en sitios insospechados e inimaginables en el pasado, ya que en estos sitios (montañas altísimas, bajo el agua, en cuevas subterráneas, en sitios históricos, etc).
En esta ocasión se darán datos y algunos detalles interesantes sobre “Las Cuevas de Drach”, son cuatro grandes cuevas localizadas en la Isla española de Mallorca, en Baleares; son parte del municipio de Manacor muy cerca de la localidad de Porto Cristo. Estas cuevas se tienen una profundidad de hasta 25 mts y alcanzan 1,2 kms de longitud. Las Cuevas del Drach se puede decir que son una enorme extensión subterránea de arenisca ondulada, donde abundan las estalactitas y estalagmitas y ágatas semipreciosas, piedras que crean un imaginario de formaciones.
Con una exquisita y natural ornamentación se enmarca uno de los lagos subterráneos más grandes de Europa, el maravilloso “Lago Martel”, en este espacio natural músicos clásicos sobre embarcaciones especialmente preparadas, deleitan con hermosas serenatas a los visitantes. Durante el recorrido se puede disfrutar (además del fabuloso paisaje), de un exquisito repertorio de música clásica que al terminar, se puede realizar el recorrido completo por el lago en barca.
Las cuevas de Drach un sitio genial donde la música está presente
Dentro del planeta tierra hay lugares de espectacular belleza, en estos lugares en tiempos pasados el acceso era muy restringido y ni pensar en pasear y disfrutar música clásica en directo de músicos flotantes, pero afortunadamente en la actualidad esto es posible ya que al explorar las cuevas del Drach, también se disfruta de serenatas interpretadas sobre embarcaciones que hacen que el recorrido sea aún más espectacular.
Sobre una barca de remos se navega a lo largo del Lago Martel y se hace una parada en una antigua fábrica de perlas de Mallorca. Esta excursión dura medio día, sale desde Palma y recorre los magníficos puntos de interés de la cueva, que van desde aguas color turquesa hasta altísimas formaciones rocosas. Esta composición natural ofrece a quien las visita un paseo inolvidable y muchas agencias turísticas recomiendan comprar paquetes familiares que éstas ofrecen a excelentes precios.
Un poco más sobre las cuevas de Drach
Las cuevas de Drach son cuatro y las mismas se llaman: “Cueva Negra” (Cova Negra), “Cueva Blanca” (Cova Blanca), “Cueva de Luis Salvador” (Cova de Lluis Salvador) y “Cueva de los franceses” (Cova dels francesos), todas están conectadas entre sí; estas cuevas se han ido formado gracias a la acción del agua de la lluvia y algunos estudiosos consideran que esta formación podría remontarse al Mioceno.
Dentro de las cuevas se aloja un gran lago subterráneo, el Lago Martel (Llac Martel) que tiene unos 115 mts de longitud y 30 mts de ancho, en este lago (que está considerado como uno de los mayores lagos subterráneos del mundo). En este lago que está dentro de las cuevas es donde se ofrecen diariamente conciertos de música clásica en directo, además se puede cruzar el lago en barca, al finalizar el concierto.
Para darle mucho más esplendor a la inigualable belleza de estas cuevas, las mismas fueron resaltadas de una manera excepcional con iluminación artificial, proyectada y realizada por el ingeniero Carles Buïgas. Las Cuevas del Drach por ser un centro turístico permanecen abiertas al público durante todo el año, en Porto Cristo hay dos cuevas, las del Hams y las Cuevas del Drach. Caballero, Martini, Chopin y Offenbach son algunos de los músicos que prestan sus respectivas obras, algunas de ellas son: “Alborada Gallega”, “Plaisir D’amour” y “Tristeza”, así como: “Estudio 3 Opus 10” y “Barcarola” de “Los cuentos de Hoffmann”, que impregnan con sus hermosas melodías tan sobrecogedor escenario.
La música y los músicos dentro de las cuevas de Drach
En el año 1929 con nuevos propietarios Don Joan Servera Camps y su esposa Doña Ángela Amor Nadal, al modificar las cuevas, abren una nueva entrada a las mismas frente a Cala Murta además las iluminan y las musicalizan. Las melodías que agasajan a los visitantes la componen la seductora “Barcarola” de la ópera de “Los cuentos de Hoffmann”, quien tiene el honor de clausurar los conciertos. De los músicos Jacques Offenbach; quien está considerado como uno de los compositores franceses con más renombre mundial (aunque era de origen alemán), quien a muy corta edad salió de su Alemania natal para trasladarse a París, ciudad donde se formó perfectamente en el dominio del violín y el violonchelo.
Offenbach fue director de la orquesta de la “Comédie française” aunque a partir del año 1855, se dedicó exclusivamente a componer para obras de teatro. Y aunque como a tantos otros artistas de diversas disciplinas; el reconocimiento le llegó muy tarde ya que no pudo disfrutar de ningún éxito cosechado estando vivo, fue en el año 1881 (un año después de su muerte), cuando el público llegó a reconocer su gran valía como músico; gracias a “Les contes d’Hoffmann” (Los cuentos de Hoffmann).
Esta ópera se realiza en 3 actos y fue estrenada en la Ópera cómica de París aunque, sin embargo la finalizó E. Guiraud, quien también la orquestaría. La ópera está inspirada en la obra del escritor alemán “E.T.A. Hoffmann”, compatriota de Offenbach y gracias al que obtendría un reconocimiento póstumo. La Barcarola es uno de los pasajes donde se desarrolla el recorrido dentro de las Cuevas del Drac, el lago y los bosques de estalactitas aparecen tímidas pero incomparables las primeras notas musicales que, seguramente para muchos es una sugerente y sensual evocación por la oscuridad que reina, que no extrañan de la Ópera cómica de aquel París decadente del Segundo imperio, donde por fin vieron la luz.
Este magnífico y bello espectáculo de la Madre Naturaleza, a pesar de ser un poco irreal debido a su cuidada iluminación, sus pasillos cimentados y sus metálicos pasamanos, no concluye aquí al terminar el concierto. Pues la visita incluye además, un paseo por el lago en una cómoda barquita que acerca a los visitantes a la salida y que los hace gozar durante unos instantes con todos los sentidos, al deleitarles el pensamiento con un hueco silencio; que se hace incomprensible en fuera de las cuevas de Drach.
