Los trenes merecen un capítulo único. Por qué? Porque he hecho rico a los dueños de la Renfe :) y sin comprar acciones :)
He pasado muchísimas horas en ellos, estudiando, repasando, escuchando grabaciones y las propias clases recibidas, analizando, reflexionando, escribiendo…
La pedagogía del canto no es profesional hasta que se le dedican un mínimo de diez mil horas, en los trenes quizá haya realizado más de la mitad y no fueron tiempos muertos sino tiempo aprovechado al máximo.
Muchas veces, en el asiento contiguo, cuando sacaba las partituras para repasar, los compañeros no podían evitar curiosear las notas musicales que allí estaban escritas.
Acaban dándome algunos conversación y he tenido también interesantes charlas sobre música, arte, con un sinfín de personas. Esto también es necesario para crecer como músico.
Un músico no debe estar encerrado con su instrumento sino que tiene que tener habilidades sociales.
El cuento musical de “La corchea viajera” fue escrito en el viaje de regreso de un curso celebrado en Vitoria, siete horas de tren que dieron para mucho. Venía muy motivada y empecé a enlazar una idea con otra hasta darle forma al relato.
El traqueteo constante no fue sino una ayuda a la inspiración. Chucuchucuchucuchucu :)
El traqueteo constante no fue sino una ayuda a la inspiración. Chucuchucuchucuchucu :)
En todo el tiempo que he estado viajando he conocido todo tipo de estrategias comerciales de la compañía ferroviaria como juntar dos trenes pero mantener una cafetería y que se formaran colas interminables para tomar un café.
Lo que me parece deleznable y que obtuvo muchas reclamaciones por mi parte, una en cada viaje, es que no hiciera accesibles las estaciones a las personas de movilidad reducida.
Cuántas personas habrán recibido escritos de queja míos en pro de la mejora de los servicios para otras personas, no para mí!
Como se indemnizaba al pasajero a partir de 60 minutos de retraso he visto muchos casos que aceleraban como alma que lleva el diablo para llegar sólo con 59 minutos de retraso exacto!
Lo que sí pido es más civismo y silencio en el uso de los mismos.
Lo que sí pido es más civismo y silencio en el uso de los mismos.
Y que sean considerados “aulas de extensión universitaria” :)
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