Por: Redacción
Si habéis visto este vídeo notaréis que su voz, envejecida por su intensísima actividad artística desde muy niña y su adicción a los barbitúricos, no deja de traspasar a la audiencia. Obviamente lo daba todo y más y así lo recibieron millones de personas que le rindieron su más sincera admiración.
Tras el visionado de la reciente y oscarizada película Judy, es interesante reflexionar sobre el transcurso de su vida.
En la película cuesta reconocer a Renée Zellweger, y no es de extrañar que haya sido galardonada con el máximo premio de la Academia de Hollywood. Ha realizado una interpretación y caracterización de la cantante que hace llorar al público, a poca sensibilidad que se tenga.
Una niña constantemente bajo los focos
También es interesante comentar que el mundo del cine y de las artes escénicas tuvo que hacer una regulación de la actividad artística de niños y niñas, que aún hoy sigue vigente. En el film se observa claramente que la industria vendió como una gran oportunidad para las familias humildes la posibilidad de participar en películas y espectáculos.
Sin embargo, muchos de estos niños fueron víctimas de estas prácticas. Judy es un ejemplo de ello. En la película se reflejan momentos de flashback en los que se observa a una niña sola e indefensa frente al magnate Meyer. Difícil decir que no a un adulto que presiona del que además depende el pan de tu familia.
Demasiada responsabilidad para una niña tan pequeña que se veía obligada a sesiones maratonianas, de más de 15 horas seguidas de grabación y a la que le suministraban medicamentos para mantenerse despierta y posteriormente medicamentos para dormir.
No es de extrañar que esta infancia dejara secuelas sobre su emocionalidad y estabilidad mental. Cinco maridos, tres hijos de dos de ellos, entre los que contamos a la gran Liza Minelli, fruto del primer matrimonio, muestran el anhelo de afecto y de normalidad que le costó la misma vida y se refleja en la película.
Es algo que hemos visto en numerosos artistas como Luis Miguel, Michael Jackson, Withney Houston, y en el ámbito español Marisol o Joselito, etc... Todos tienen en común una intensa actividad artística infantil y una infancia, en cierta medida "robada" por el arte.
Es necesario ser cauteloso con el talento de los niños y niñas y hacer que crezcan armoniosamente, bien guiados por profesionales que sepan respetar sus necesidades y con ética. No todo vale cuando se habla de niños sobre el escenario.
La emocionalidad de la interpretación musical
Hay aspectos de la película dignos de analizar por la psicología de las artes como la represión en la infancia a la hora de comer, relacionarse, vestir.
Hay un momento en el que organizan una fiesta de cumpleaños para ella pero no le dejan probar la tarta. Sin duda una metáfora de todo lo que allí sucedía.
Todo adolescente se rebela contra la autoridad. En el caso de Judy se observa que su adicción al alcohol, al tabaco, a somníferos, etc... son parte de esta rebeldía temprana que sin duda propició la decadencia de su voz.
En el fondo se refugiaba en la música porque era lo único que le hacía sentir querida. Su técnica vocal, sin duda, por una gran formación vocal, puesto que aún al final de su vida, con una voz que sonaba totalmente envejecida en su cuarentena de edad, aún le ayudaba a sacar adelante las actuaciones.
Judy se entregaba totalmente en el escenario, se abría "en canal", emocionalmente hablando, algo que los cantantes de hoy en día deberían analizar y observar con atención, puesto que un cantante que no abra su "caja de Pandora" emocional a su público lo tendrá difícil.
Su voz era parte crucial de su identidad
Hay un momento en la película en el que prescinde de los ensayos y el espectador duda si es porque ya se sabe las canciones a la perfección o porque tiene miedo a que los músicos de la orquesta se den cuenta de que su voz ya no es lo que era.
Todo el mundo está expectante en el instante en que aparece sobre las tablas y nadie sabe cómo va a cantar. Eso es una constante en todas sus actuaciones.
Sin duda, su falta de seguridad no estaba bien gestionada y probablemente fue algo que la industria alimentó como herramienta de control: un músico seguro de sí mismo es menos manipulable y es capaz de tomar decisiones importantes por sí mismo, sobretodo cuando su salud puede verse comprometida.
La relación con sus fans sin duda fue algo importante en su trayectoria. De hecho regala a dos de sus mayores admiradores una velada maravillosa y auténtica que es una joya audiovisual.
Opinamos que costaría poco retocar un fallo añadiendo una pista adicional instrumental en la película en el momento en que interpreta "Come rain or come shine", en la introducción orquestal, pues se observa al pianista tocar las teclas aunque no hay sonido de piano en esos momentos (es un caso desgraciadamente muy usual al ser difícil encontrar buenos actores que sean pianistas).
La queremos recordar en todas sus facetas y momentos, y por supuesto, no podía faltar en la inolvidable interpretación del tema archiconocido mundialmente "Somewhere over the rainbow":
En la película, las canciones se ofrecen íntegras, sin cortes.
Un gran homenaje a su figura
como cantante
y persona.
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