Se trata de una demoledora radiografía de la cultura musical española, de la situación de los músicos profesionales en nuestro país, que sigue estando de actualidad.
 |
| La música en directo, la música en la calle, los músicos profesionales... apenas sin estímulo en España |
Dirigido por Alex Fisherman, este documental parte de la pregunta de por qué los niños no cantan tanto como cuando él era joven, como si pareciera que interesase a las cúpulas dominantes que se abandonara la cultura musical popular.
Si se hace una lectura inversa, en positivo, es un documental muy valioso ya que nos ofrecerá las claves para tratar bien un país musical y artístico por esencia como lo es el nuestro.
Los niños seguirán cantando, por propio instinto, pero es necesario, hasta urgente, revisar e implementar políticas de apoyo, de incentivo a la música en nuestro país.
España, hasta ahora en su particular "camino de cabras" musical, por no decir, por extensión, cultural y artístico, por más avisos y advertencias que reciba, tiene ahora su crisis=su gran oportunidad de salir de la senda no virtuosa.
Ya tenemos claro que, según el Fondo Monetario Internacional, la economía española es la más dañada de todas por la crisis sanitaria, por lo que ahora se hace más necesario que nunca un borrón y cuenta nueva.
Para conseguir que el arte y la cultura tengan el lugar que merecen es imprescindible un cambio en el modo de percibir la profesión musical, para que pase, como en el documental se indica, de abajo a arriba, de la parte baja a la cúspide de la pirámide.
Ahí es donde debería situarse la música, y ahí es donde sitúan los países más civilizados sus productos culturales, que no tienen ningún problema en exportar, colonizando incluso culturalmente, podríamos calificarlo casi de imperialismo musical (sumado a un absurdo complejo de inferioridad de nuestra cultura propia).
Para ello es básico que los músicos reorienten su proceder, que los que la disfrutan, todos, ayuden a aumentar la valoración social de la música, que los políticos actúen ya (pues llegan un poco tarde)...
Es muy reveladora la comparativa que se hace entre la realidad musical de EE.UU. u otros países anglosajones como Inglaterra, Irlanda, etc... por no citar a países europeos como Alemania, Austria, Finlandia, Suiza, Dinamarca... que también serían dignos de estudiar.
Llama la atención que en EE.UU. no se cuestiona el valor de la educación musical en las escuelas desde infantil hasta high school, hasta el instituto. La enseñanza es totalmente práctica, a través de grupos instrumentales de diferentes estilos musicales y lo suficientemente diversa para nutrir las demandas musicales del entorno.
También es llamativo que no se penaliza a los músicos que tocan en la calle (e incluso, los policías, ponen dinero en el bote de los músicos, que bien ganan en propinas el equivalente a doscientos euros diarios, en lugar de requisar instrumentos musicales, como sucede tristemente en España).
En un momento del reportaje en el que se habla de las salas un músico americano habla de que en los años 90 la profesión completa se plantó, se opuso a pagar por tocar.
En cambio en España es una práctica deleznable vigente, ya que si las salas no son sostenibles, no deben hacer recaer sobre los músicos su gestión y en todo caso pedir ayudas a los gobiernos para que subvencionen su actividad por su valor intrínseco.
Ojalá llegue el día en el que todos los músicos se nieguen a pagar por tocar y exijan su alta en la Seguridad Social al organizador del concierto.
El compromiso social, colectivo, hacia la protección de la cultura propia y hacia el derecho de expresarse a través de ella de todos los ciudadanos debe ser defendido por los mismos y apoyado por las instituciones públicos en una democracia desarrollada que respete la libertad de expresión.
Es muy importante que se entienda que no hay músicas mejores o peores sino que todas son una expresión humana que merecen el debido respeto y apoyo.
Las reivindicaciones de los músicos profesionales son más que sabidas:
-educación musical moderna y modernizada en el sistema general y en el sistema de regimen especial, potenciando la música popular y la actual
-apoyo decidido a la música en directo: no penalización de la actividad musical en espacios públicos y privados (en Alemania no hay ley de ruidos aunque sí respeto a unas normas de convivencia básicas, porque se pretende que sus ciudadanos exploren su creatividad)
-legislación que realmente proteja a los artistas y su propiedad intelectual
-impulso para que las instituciones y empresas puedan apoyar la cultura musical con un mecenazgo reconocido y fácil de realizar
-orientación laboral para el sector artístico en las oficinas de empleo
-mejora de la cualificación profesional de los músicos: cualquier trabajador tiene derecho a seguir formándose en su sector y de hecho una parte de las nóminas va destinado a ello
-formación de los funcionarios públicos en cuanto al conocimiento de la legislación vigente en materia de contratación, cálculo del paro de artistas,
-etc...
Contribuye potenciando estos hashtags:
#ApoyoTrabajadoresCultura
#ConMúsicosSí
#NoSinElAlta
#LosArtistasComen
Asóciate, el cambio siempre proviene de las bases.
