Por: Redacción
La música, coadyuvante en el retraso de los efectos del Alzheimer
Los ojos de Teresa no pudieron más aquella mañana de abril. Al verla, supe de inmediato lo que estaba pasando; las señales en su rosto eran inequívocas, cejas levantadas, la comisura de los labios hacia abajo y el mentón hacia arriba indicaban que lo más temido por Teresa había sucedido.
Su madre, la mujer que le había dado la vida, quien le había acompañado el primer día de clases y le había enseñado a montar bicicleta, estaba sentada en una silla en el portal trasero de su vivienda, pero no la reconoció. Estaba ahí en cuerpo, pero no tenía la mente cabal para saber que esa extraña mujer a su lado, que la saludaba e indagaba como estaba, era su única hija.
La historia de Teresa se repite día a día en hogares alrededor del mundo para quienes tienen un familiar que padece Alzheimer, enfermedad bastante común en la actualidad, que no termina de dejarnos absortos al ver el rápido deterioro que va causando en quienes la padecen.
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es un trastorno mental progresivo que ocasiona el encogimiento del cerebro (también conocido como atrofia), y causa la muerte de las neuronas, lo que decanta en diferentes manifestaciones como pérdida de memoria, desorientación espacial e incapacidad para pensar y razonar de forma correcta entre otras y muestra un comportamiento progresivo, es decir, el paciente va empeorando con el pasar del tiempo y puede llegar a verse impedido para realizar labores cotidianas como hablar o caminar.
Es una enfermedad relativamente joven, pues fue descubierta a mediados del siglo 20 y la medicina aún intenta conocer su origen.
Tratamiento para pacientes de Alzheimer
En la actualidad, hay varios tratamientos que han sido desarrollados por laboratorios y son utilizados para detener o reversar los efectos de la enfermedad.
Dos de los más comunes son el uso de inhibidores de la colinesterasa y la memantina. El primero aumenta de manera gradual los niveles de comunicación entre las células cerebrales (proceso que se ve afectado por la enfermedad), mientras que la memantina promete retardar su avance e impedir que alcance niveles graves.
Como tratamientos complementarios (aunque no hay ningún estudio que presente resultados concluyentes), recomiendan poner en práctica ciertos hábitos alimenticios que incluyan el consumo de Vitamina E y Omega 3 que, si bien no tienen ninguna relación comprobada de entregar beneficios para combatir el Alzheimer, pueden aportar a reducir los riesgos de padecer demencia y generan efectos positivos en los procesos químicos del cerebro.
Apertura hacia la medicina alternativa
La ciencia y la fe o las terapias alternativas nunca han sido buenos amigos. Un científico basa sus decisiones en resultados de experimentos en los que se han utilizado sustancias tangibles cuyos efectos han sido comprobados en tratamientos previos.
Sin embargo, de cierta forma, con la entrada en escena del doctor Hunter Doherty Adams, médico estadounidense fundador de Instituto Gesundhelt (mejor conocido como Patch Adams), uno de los propulsores de la teoría de la Risoterapia como alternativa sanadora para niños hospitalizados, se abrió un nuevo telón, con un poco más de apertura hacia nuevas alternativas terapéuticas curativas y la música es una de ellas.
La realidad es que, la música no es una terapia sanadora sólo para personas con Alzheimer, sino para personas que padecen otras dolencias y afecciones. Está comprobado que la música tiene un efecto directo y casi inmediato en la reducción de estrés y la liberación de endorfinas.
Cómo puede ayudar la música a los pacientes de Alzheimer
Según la opinión de Jonathan Graff-Radford, neurólogo de la clínica Mayo en Rochester, Minnesota; existen áreas del cerebro donde se almacena la información musical que se experimenta en el tiempo de vida y esas áreas no se ven muy aquejadas por los efectos de la enfermedad.
Si bien aún no existe ningún estudio realizado que compruebe la relación directa entre la música y la sanación, se sugiere que si los pacientes escuchan su música preferida y algún familiar le canta canciones que le evoquen recuerdos, pueden generarse algunas reacciones positivas.
Dentro de estas reacciones se encuentran la reducción del estrés, ansiedad y depresión, por lo que el paciente tiende a estar menos agitado, más sereno.
Si se desea usar la música como terapia alternativa, se aconseja lo siguiente:
Utilice el tipo de música adecuado para la hora del día
Hay que poner en práctica el actuar de manera lógica y prestar atención a algunas técnicas psicológicas que ayudan a establecer comunicación con las personas.
Si se está en horas de la mañana y se está llevando a cabo alguna rutina de higiene para el paciente o se le está proveyendo alimentos, se recomienda utilizar música instrumental emocional, que no cause alteración o inquietud en la persona.
Muy importante es empezar a identificar (si no lo sabe aún) qué tipo de música es la favorita y repetirla esporádicamente según la ocasión.
Evite la sobreestimulación
Evite la proliferación de sonidos en el área. Si se va a usar música, mantenga el televisor apagado o evite que personas conversen en voz alta alrededor suyo.
Además, hay que prestar especial atención al volumen en que se está interpretando la música, que no sea tan bajo para pasar desapercibida y tampoco tan alto para alterar al paciente.
Únete a la actividad de forma participativa
Nunca deje solo a un paciente de Alzheimer. Aunque no le recuerde, manténgase a su lado haciéndole compañía, puede haber oportunidad de que se lleven bien y se convierta de nuevo en alguien querido a quien desea tener cerca.
No solo deje que la música suene, converse con la persona, hágale preguntas para incentivar sus procesos mentales e incítele a cantar juntos si ve que muestra especial atención por alguna melodía.
La música puede ser una terapia alternativa para quienes padecen Alzheimer, pero recuerde que la mejor medicina que existe sigue siendo el amor que le transmitamos a ese ser querido.
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