En una escena de The Rocky horror picture show aparece literalmente: “Enter at your own risk”, o traducido, “Entre bajo su propia responsabilidad”; así reza en el cartel que anuncia la incursión en el castillo donde sucederán inimaginables hechos, y entre relámpagos...
Lo mismo decimos al lector respecto de esta película anglo-estadounidense setentera (1975) basada en el musical previo de mismo nombre de Richard O´Brian (que hace el papel de criado jorobado), con los arreglos musicales de Richard Hartley.
Veánla cuando estén preparados para un rato entretenido de narración friki, sin mucho argumento, sin más pretensiones que poder sorprenderse o dejarse llevar por un torrente de una fiesta musical inusual, por el propio valor de recorrer una aventura sin gran sentido, por la distracción de ver qué puede suceder en la siguiente escena, aunque no encuentre mucha explicación.
Partiendo de una surrealista escena de declaración de amor en un velatorio con una joven Susan Sarandon (doblada) en el papel de Janet y Barry Bostwick en el rol de Brad.
Con algunas posibles alusiones, o quizá recuerdos casuales, a “El jovencito Frankistein” (otro clásico del cine peculiar), que se estrenó justo un año antes (1974), se van sucediendo muchísimas canciones, a veces casi sin diálogo, siempre en clave rockera.
Menos el Dr. Scott, todas las voces (de la propia versión musical anterior) son de alta calidad técnica e interpretativa, destacando la muy bien definida vocalidad entre el pop (los prometidos) y el rock del anfitrión Riff Raff y Columbia, su esclava de pelo rizado.
Bailes “pélvicos” con explicación científica simultánea incluida de un narrador omnisciente que interrumpe la música, matasuegras, carracas, dar vida a una momia a través del sonido, un gong, un travestí histriónico (Mead Loaf) o la momia que da nombre a la película, Rocky, (Peter Hinwood), también canora, musculosa, cual hombre perfecto… y muchas otras situaciones difíciles de prever sobre la marcha.
Parodia o reverso musical surrealista de Grease, reflejo de una época musical pasada pero que no pierde encanto para merecer un revival, una actualización musical para cine o teatro.
Una sátira musical de las películas de ciencia ficción (sí, entre tanto O.S.N.I -objeto sonoro no indentificado- ;) nos encontraremos hasta el fenómeno O.V.N.I.) que se ha convertido en un film de culto.
Un ritual sónico muy curioso
no apto para todos los gustos
Más películas musicales y documentales:
- Judy
Bonus:
